Un embarazo molar es un embarazo en el que algo sale mal durante la fertilización, lo que hace que la placenta se desarrolle de manera anormal y se convierta en una masa de quistes llenos de agua conocida como mola hidatiforme. En un embarazo molar completo, no hay material embrionario en absoluto, mientras que un embarazo molar parcial puede incluir algo de tejido embrionario. En el caso de un embarazo molar parcial, el embrión no es viable y nunca se convertirá en un bebé.
La causa de los embarazos molares no se comprende realmente. Algunos investigadores sospechan que tiene que ver con errores de ovulación, falta de ciertos nutrientes o errores aleatorios que ocurren en la fertilización. Aproximadamente uno de cada 1,000 embarazos es un embarazo molar y, la mayoría de las veces, el embarazo se aborta espontáneamente. Las mujeres ciertamente no deben sentirse personalmente responsables si experimentan un embarazo molar, ya que no hay nada que hacer para prevenir tales embarazos.
En las primeras etapas, un embarazo molar puede parecer un embarazo normal. Los niveles hormonales aumentan y se puede experimentar hinchazón del abdomen. Sin embargo, una ecografía revelará que el útero está lleno de una masa de quistes, no de un embrión en desarrollo. La mayoría de los médicos recomiendan interrumpir un embarazo molar si no aborta espontáneamente, ya que puede volverse canceroso, amenazando la salud reproductiva futura y la vida de la madre. Las personas que tienen escrúpulos morales sobre la interrupción del embarazo pueden estar seguras de que un embarazo molar no representa un potencial de vida viable y, por lo tanto, no es equivalente a un embarazo normal.
También es posible que escuche que el embarazo molar se conoce como enfermedad trofoblástica gestacional. En casos muy raros, un embarazo molar se desarrolla junto con un embarazo normal. En estos casos, un médico puede recomendar que la madre lleve el embarazo normal a término, asumiendo que el lunar se resolverá por sí solo en el proceso de gestación o trabajo de parto y parto. Es posible que se requieran pruebas de rutina como seguimiento después del nacimiento para confirmar que el lunar ha sido totalmente expulsado.
Si bien un embarazo molar no es un embarazo «real», sigue siendo una pérdida de embarazo y es apropiado llorar después de un embarazo molar. Las mujeres con tales embarazos se sienten como si estuvieran embarazadas, con cambios físicos y hormonales, y puede resultar chocante saber que el embarazo fue falso. La mayoría de los médicos recomiendan tomarse un descanso de intentar concebir después de un embarazo molar, para asegurarse de que el lunar haya desaparecido por completo y para que el cuerpo descanse.