¿Qué es la prueba de latencia múltiple del sueño?

La prueba de latencia múltiple del sueño es un estudio que se utiliza para ayudar a los médicos a diagnosticar con precisión diferentes trastornos del sueño, incluida la narcolepsia y la somnolencia diurna excesiva. La prueba de un día se lleva a cabo en un centro de estudios del sueño acreditado y es supervisada por técnicos, enfermeras y médicos certificados. Al paciente se le da una habitación privada cómoda y tranquila y se le permite tomar cuatro o cinco siestas durante el día con aproximadamente dos horas entre cada una. El equipo de monitoreo se usa para detectar cambios en la actividad cerebral y ocular y determinar si existe un trastorno.

Los diferentes laboratorios y centros del sueño pueden tener sus propias versiones de la prueba de latencia múltiple del sueño, pero la mayoría de las pruebas se administran de manera muy similar. Antes de que se pueda realizar la prueba de latencia múltiple del sueño, el paciente generalmente necesita pasar una noche en el centro del sueño para que los médicos puedan monitorear los patrones nocturnos en un procedimiento llamado polisomnografía. Los resultados de la prueba nocturna se utilizan como base para las pruebas diurnas para rastrear los cambios.

Durante la prueba de latencia múltiple del sueño y el estudio de polisomnografía, se colocan electrodos en el pecho, la frente, el mentón y debajo de los ojos. Los datos sobre la actividad de las ondas cerebrales, la frecuencia cardíaca, el movimiento de los ojos y las contracciones de los músculos faciales se recopilan mediante una máquina de monitoreo electrónico. El procedimiento de prueba es completamente indoloro y los técnicos del sueño intentan que los sensores y cables sean lo más cómodos de usar posible.

Después de la noche de la prueba de polisomnografía, se anima al paciente a permanecer despierto durante aproximadamente dos horas por la mañana. Luego se le pide que intente conciliar el sueño nuevamente. El técnico del sueño registra el tiempo que tarda el paciente en entrar realmente en el sueño y luego rastrea la actividad cerebral y ocular para determinar cuándo se alcanza el sueño profundo o el sueño de movimientos oculares rápidos (REM). Se despierta al paciente a los 15 o 20 minutos de la siesta y se le indica que permanezca despierto durante otras dos horas. La mayoría de los centros del sueño realizan cuatro o cinco pruebas de siesta por paciente, por lo que una persona puede esperar estar en el centro durante al menos siete horas.

Una vez que se completan las pruebas, el paciente puede irse a casa y los técnicos, psicólogos y médicos pueden comenzar a analizar los resultados. La información sobre cuánto tiempo tardó el paciente en conciliar el sueño durante cada siesta puede ayudar a los médicos a evaluar la posibilidad de narcolepsia u otro problema de somnolencia crónica. En general, una prueba de latencia del sueño múltiple que muestra que una persona se queda dormida en cinco minutos y entra rápidamente en la fase REM es indicativa de un trastorno subyacente. Una vez que los hallazgos se revisan cuidadosamente, un médico puede explicar los resultados al paciente y discutir las opciones de tratamiento.