El miofibroma es la formación benigna de células lisas parecidas a músculos que forman un tumor dentro del tejido conectivo fibroso. No está claro por qué se desarrollan los miofibromas, pero se pueden encontrar en la mayoría de los tejidos conectivos, los huesos y la cavidad abdominal. Los miofibromas juegan un papel importante en el crecimiento y la diferenciación, así como en la cicatrización de heridas. También pueden desempeñar un papel en la formación del cáncer de miofibroma y otras complicaciones si no se tratan.
Los miofibromas, que se encuentran tanto en adultos como en bebés, pueden aparecer como tumores solitarios o como tumores multicéntricos. Los miofibromas se presentan en múltiples variaciones y un pronóstico positivo depende de si hay compromiso visceral, es decir, la presencia de tumores en los órganos vitales. Si los órganos se ven afectados, las tasas de mortalidad pueden aumentar, porque estas lesiones viscerales provocan obstrucción, infección y, en la mayoría de los casos, la muerte del órgano. Los miofibromas con lesiones viscerales suelen provocar la muerte al nacer, o poco después del nacimiento, debido a complicaciones cardiopulmonares y gastrointestinales.
Los miofibromas solitarios ocurren en ciertas regiones y generalmente tienen nódulos submucosos únicos. Los microfibromas mulitcéntricos tienen muchos nódulos submucosos. En cualquier caso, el tratamiento de miofibromas solitarios y multicéntricos incluye cirugía y un pronóstico positivo de regresión espontánea.
A menudo, los miofibromas o miofibromatosis surgen en los bebés y son más comunes en la infancia durante el crecimiento y el desarrollo. Generalmente, los miofibromas infantiles se pueden extirpar quirúrgicamente bajo anestesia general con un bajo nivel de recurrencia. Estos tumores pueden aparecer en cualquier parte de los tejidos blandos, huesos u órganos vitales.
Encontrados en la edad adulta, los miofibromas pueden aparecer en cualquier tejido y son comunes en las áreas de la cabeza y el cuello. También son más frecuentes en las áreas de heridas, donde se lleva a cabo la reparación del tejido conectivo y los fibroblastos, grupos de células que contribuyen a la formación de fibras de tejido conectivo, forman cicatrices. Las áreas que sufren heridas repetidas tendrán un mayor porcentaje de formaciones de miofibromas. En la mayoría de los casos, estos tipos de tumores de fibroma se pueden extirpar quirúrgicamente.
Los tumores de miofibroma también juegan un papel vital en el proceso inflamatorio, produciendo moléculas de adhesión intracelular, junto con moléculas de adhesión vascular y neural que facilitan la producción de linfocitos. Estos linfocitos participan en reacciones inflamatorias e inmunológicas que pueden conducir a un estado de enfermedad. Pueden producir moléculas como colágeno y glicosaminoglicanos, que contribuyen a la diferenciación del crecimiento y la cicatrización de heridas. Si se dejan solas o se diagnostican erróneamente, estas formaciones pueden producir fibrosis tisular, lo que puede provocar enfermedades cancerosas.
Es esencial que un médico realice un seguimiento después de un diagnóstico cuidadoso, porque la mayoría de los tumores de miofibroma se pueden extirpar quirúrgicamente con poca o ninguna dificultad. Sin embargo, un diagnóstico erróneo podría conducir a la proliferación de tejidos fibróticos. Esto puede conducir al desarrollo de enfermedades.