Una infección nasal es una infección en la nariz y los conductos nasales. A veces denominadas sinusitis o rinosinusitis, las infecciones nasales pueden ser agudas o crónicas y tienen una variedad de causas. Los síntomas clásicos de una infección nasal incluyen una secreción espesa y maloliente de la nariz, una sensación de opresión alrededor de la cara, calor alrededor de la nariz y una sensación constante de congestión y olfateo.
La nariz es una de las primeras líneas de defensa del cuerpo contra las infecciones. Es muy hábil cuando se trata de atrapar bacterias, alérgenos y otros invasores. A veces, sin embargo, un material infeccioso o irritante logra pasar por la nariz y puede causar una infección. Las infecciones nasales ocurren cuando las bacterias comienzan a colonizar la nariz y los senos nasales; este ambiente cálido y húmedo es un refugio para las bacterias una vez que logran establecerse.
Las infecciones nasales también pueden ocurrir cuando las personas con alergias desarrollan una inflamación y la inflamación no se trata. En este caso, las personas pueden sentirse inhaladas o mal durante varios días antes de que comiencen a salir secreciones desagradables por la nariz. Las infecciones nasales también acompañan a veces a las infecciones virales del tracto respiratorio, y los virus se asientan en la nariz y los senos nasales y provocan la infección.
Algunas infecciones nasales se pueden tratar en casa. Descansar, beber muchos líquidos para promover el drenaje, inhalar vapor o comer sopa caliente y tomar medicamentos expectorantes de venta libre a veces puede resolver la infección. En otros casos, es posible que se necesiten medicamentos recetados para eliminar el agente que causa la infección. Si una infección nasal persiste o se vuelve recurrente, se debe buscar tratamiento médico para resolver el problema.
Para una infección nasal crónica, se puede recomendar una cirugía. Las formas de los senos nasales son muy diferentes de una persona a otra y, a veces, pequeñas irregularidades pueden predisponer a una persona a contraer una infección. Un cirujano puede abordar el problema, reduciendo el riesgo de futuras infecciones. La cirugía también se puede utilizar para eliminar material infectado y muerto si ha comenzado a obstruir la nariz y los senos nasales.
Si un paciente opta por la cirugía para una infección nasal crónica, vale la pena hablar con el cirujano sobre el objetivo de la cirugía, la duración de la recuperación y los riesgos. La cirugía en la cara puede conllevar algunos riesgos especiales que los pacientes deben sopesar cuidadosamente antes de comprometerse. Un cirujano de buena reputación puede proporcionar información sobre las tasas de éxito, los riesgos del procedimiento y la experiencia en el campo para que el paciente se sienta más cómodo con el procedimiento propuesto.