¿Qué causa un dolor de mandíbula?

Hay varias causas potenciales para el dolor de mandíbula. Más comúnmente, el malestar ocurre como resultado del bruxismo, también llamado rechinar los dientes durante la noche, o masticar goma de mascar, una infección de los senos nasales y varios tipos de problemas dentales. Algunas personas experimentan dolor después de comer alimentos que requieren una masticación excesiva, como el bistec, lo que hace que las articulaciones se fatigan. Ocasionalmente, un dolor de mandíbula es un síntoma de algo más grave, como un ataque cardíaco.

Una persona que rechina los dientes por la noche a menudo experimenta dolores de cabeza o malestar facial al despertar. Esto generalmente ocurre como resultado de la tensión y presión continuas sobre los músculos de la mandíbula al apretar los dientes durante el sueño. Generalmente crea una inflamación dolorosa en las articulaciones. Un dolor de mandíbula temprano en la mañana a menudo es causado por esta condición, también conocida como bruxismo. Una boquilla hecha a medida que se usa por la noche suele ayudar.

Algunas personas rechinan o aprietan los dientes con más frecuencia durante períodos de estrés extremo, incluso durante las horas de vigilia. Muchas veces ni siquiera se dan cuenta de que lo están haciendo. Adoptar técnicas de manejo del estrés, como ejercicios de respiración profunda, yoga o un masaje terapéutico, puede ayudar a aliviar la tensión.

A veces, puede producirse un dolor de mandíbula después de períodos de masticación excesiva. Las personas que mastican mucho chicle, por ejemplo, o poco después de consumir carne, pueden sufrir molestias posteriores. Adaptarse temporalmente a alimentos predominantemente más blandos y evitar los masticables puede dar a los músculos faciales adoloridos la oportunidad de sanar. Si el dolor persiste, la causa puede atribuirse a un problema dental subyacente o un síntoma de trastorno de la articulación temporomandibular (ATM).

Una visita al dentista generalmente puede ayudar a identificar la fuente de un dolor de mandíbula. Un examen bucal y una prueba de diagnóstico simple, como una radiografía, pueden ayudar a determinar el mejor curso de tratamiento. Si hay una infección, se puede recetar un antibiótico oral. Alternativamente, el dentista puede descubrir que hay un trastorno de la articulación temporomandibular (ATM). Con el tiempo, la persona que padece la afección puede experimentar dolores de cabeza recurrentes y dolor de mandíbula. Un chasquido o chasquido suele ser evidente cada vez que se abre o se cierra la boca. Dependiendo de la extensión del trastorno, se pueden usar varios métodos para corregirlo, que pueden ser tan simples como realizar ejercicios faciales diarios.

El dolor de mandíbula a veces se asocia con una afección médica en lugar de una dental. Una infección de los senos nasales, por ejemplo, puede causar molestias faciales. Una vez que se cura la infección, el dolor suele remitir. Un médico generalmente puede diagnosticar y tratar a una persona que padece este tipo de infección, que generalmente elimina la fuente del dolor de mandíbula.