En psicología, ¿qué es el refuerzo?

El principio de refuerzo es un concepto psicológico basado en la idea de que las consecuencias de una acción influirán en el comportamiento futuro. Recompensar la conducta se considera refuerzo, porque le enseña al sujeto que la conducta es deseada y anima al sujeto a repetirla. Castigar un comportamiento, por otro lado, le enseña al sujeto que el comportamiento no es deseado y no debe repetirse. El castigo y el refuerzo son una parte importante del condicionamiento operante, utilizado en muchos experimentos psicológicos.

Tanto en el caso del refuerzo como del castigo, el experimentador realiza cambios en el entorno del sujeto. Es importante que el investigador tenga un control total sobre el entorno, ya que otros factores pueden influir en el comportamiento del sujeto, desechando potencialmente el condicionamiento operante. El entrenamiento de refuerzo más exitoso ocurre en un laboratorio, que tiene condiciones cerradas, pero el refuerzo también se aplica en el entrenamiento de animales. Muchos educadores utilizan el principio cuando trabajan con niños.

En realidad, hay dos tipos de refuerzo: refuerzo positivo y refuerzo negativo. El refuerzo positivo se refiere a la introducción de un nuevo estímulo al entorno del sujeto para recompensar el comportamiento deseado. Por ejemplo, a un niño se le puede dar un globo después de portarse bien en el dentista, o una rata puede aprender a presionar una barra para recibir un premio. El refuerzo positivo asocia un resultado agradable con el resultado deseado. El refuerzo negativo, por otro lado, implica eliminar un estímulo desagradable del entorno. Por ejemplo, un mouse que ingrese a una jaula con piso electrificado aprenderá rápidamente a presionar un botón si la corriente se detiene cada vez que se presiona el botón.

El refuerzo negativo se usa en el condicionamiento de escape y evitación. En el acondicionamiento de escape, el sujeto aprende a alejarse rápidamente de una situación en la que existe el estímulo negativo, de manera similar a como las personas evacuan un edificio con una alarma de incendio aullante. El condicionamiento de evitación implica aprender a evitar por completo la situación potencialmente desagradable, y el ejemplo más clásico de condicionamiento de evitación es comer cuando se espera tener hambre, para evitar la desagradable sensación de hambre.

Asimismo, el castigo se divide en aspectos positivos y negativos. En una situación de castigo positivo, se introduce algo desagradable en el entorno, como una paliza a un niño que se porta mal. El castigo negativo elimina algo agradable del entorno, de la misma manera que un padre le quita un helado a un niño que grita. Generalmente, el castigo no se considera tan efectivo como el refuerzo en la enseñanza de conductas, ya que puede resultar confuso para el sujeto cuando no se aplica correctamente.