¿La obesidad causa diabetes?

Muchos estudios recientes han demostrado un vínculo directo entre la obesidad y el diagnóstico de diabetes tipo II o diabetes no insulinodependiente. También conocida como diabetes de inicio en la edad adulta, el tipo II se diagnostica cada vez más en niños y adolescentes con sobrepeso. En este tipo de diabetes, el cuerpo produce insulina, pero la interferencia de las complicaciones de la obesidad no permite que el cuerpo la use como debería.

El cuerpo de un diabético tipo II, debido a una sobreproducción de insulina, ya no puede producir la cantidad correcta para mantener niveles saludables de azúcar en sangre y comienza a desarrollar una resistencia a la insulina. El noventa por ciento de los diabéticos son diagnosticados con diabetes tipo II. Por lo general, este diagnóstico se produce después de los 40 años, pero ahora la afección se encuentra cada vez más en los niños. Desde 1968, el aumento de peso en los niños estadounidenses se ha duplicado y, en la actualidad, aproximadamente el 25% de los niños estadounidenses son obesos. Este aumento de peso se ha relacionado directamente con el aumento de la diabetes tipo II tanto en niños como en adultos.

Los estudios han demostrado que un aumento de la grasa abdominal está relacionado con la intolerancia a la glucosa, así como con la sobrealimentación y la obesidad general. Un índice de masa corporal (IMC) de más de 40 se ha relacionado con una mayor probabilidad de desarrollar diabetes. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), un IMC saludable oscila entre 18.5 y 24.9. Las personas obesas a menudo tienen dietas altas en carbohidratos, almidones y azúcares, y bajas en proteínas y grasas buenas. La forma en que se digieren estos alimentos está relacionada con la forma en que el cuerpo procesa el azúcar.

Al igual que la obesidad, el tipo II es altamente prevenible. Incluso una pérdida de peso leve puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo II entre un cinco y un diez por ciento. Los CDC recomiendan una dieta saludable y bien equilibrada, junto con ejercicio moderado de forma regular, como los primeros pasos para prevenir ambos problemas. La reducción de los niveles de estrés también puede contribuir en gran medida a prevenir la diabetes.

Para quienes padecen ambas afecciones, solo 30 minutos de ejercicio moderado la mayoría de los días de la semana pueden ser muy útiles para comenzar el proceso de pérdida de peso. Los estudios han demostrado que con la pérdida de peso, se puede reducir la cantidad de medicación necesaria para controlar la enfermedad, y algunos pueden controlar completamente la enfermedad con una dieta y un estilo de vida saludable.