¿Qué es la hipoplasia del nervio óptico?

La hipoplasia del nervio óptico es una afección congénita en la que los nervios ópticos u oculares de una persona son más pequeños de lo normal. Esto conduce a una visión poco desarrollada, cuyo rango puede variar desde una visión levemente disminuida en un solo ojo hasta la ceguera completa. Las anomalías hormonales y del desarrollo adicionales se asocian con frecuencia con la afección.

La hipoplasia del nervio óptico generalmente se diagnostica en niños alrededor de las edades de tres o cuatro años. Los primeros signos de la afección antes de eso pueden incluir movimientos oculares inusuales llamados nistagmo, que es cuando el ojo se mueve sin enfocar o sin propósito. Esto puede ser una señal de mala visión en los niños sin importar cuál sea la afección. El daño causado por la condición es constante y no empeora con el tiempo.

Los problemas de hipoplasia del nervio óptico a menudo se extienden más allá del ojo y llegan al cerebro. Muchos con la afección también sufren de una función cerebral anormal que puede variar de muy leve a grave. La función cerebral anormal generalmente es causada por el síndrome de De Morsier. Este trastorno, también conocido como displasia septoóptica, se produce cuando el septum pellucidum del cerebro no está completamente formado.

Cuando esta sección del cerebro está subdesarrollada, puede provocar problemas menores o mayores con la función motora, el habla y la inteligencia. Las convulsiones también son comunes en los niños con esta afección, pero generalmente se pueden controlar con medicamentos especiales.

Los niños que sufren de subdesarrollo del nervio óptico también pueden tener una glándula pituitaria que funciona mal. La glándula pituitaria es responsable de que el cuerpo libere hormonas que controlan todo, desde el metabolismo del cuerpo hasta el desarrollo sexual más adelante en la vida. Si la glándula pituitaria no produce estas hormonas, es posible que al niño se le receten inyecciones de hormonas para compensar su ausencia.

No hay forma de mejorar la vista de un niño con hipoplasia del nervio óptico. Debido a la amplia variedad de afecciones y discapacidades asociadas con la afección, las personas afectadas generalmente deben estar bajo el cuidado regular de un oftalmólogo, endocrinólogo y neurólogo. A veces, también se contratan trabajadores sociales y otros asistentes para asegurarse de que el niño reciba la mejor atención posible.
Los niños con hipoplasia del nervio óptico a veces pueden ir a la escuela con niños sin discapacidades, pero si su función cerebral se ve gravemente afectada por la afección, esto podría no ser posible. Independientemente del tipo de educación que reciba el niño, necesitará herramientas adicionales, como libros en letra grande o lupas, que faciliten la lectura de textos pequeños. También es posible que deban asistir a terapia del habla y otros servicios adicionales para mejorar su estado de vida general.