La parálisis cerebral es un término general para muchas deformidades y trastornos del sistema nervioso diferentes que suelen estar presentes al nacer. La parálisis cerebral hipotónica es una de las formas menos comunes de la afección, pero a menudo es una de las más debilitantes. Los bebés que nacen con parálisis cerebral hipotónica tienen muy poco tono muscular y no pueden controlar el movimiento de la cabeza, los brazos o las piernas. La fisioterapia y la atención médica continuas pueden ayudar a controlar algunos síntomas, pero la mayoría de las personas que viven con el trastorno necesitan mucha ayuda para realizar las tareas diarias.
La mayoría de los casos de parálisis cerebral hipotónica son el resultado de lesiones cerebrales o infecciones adquiridas durante el desarrollo prenatal. Una madre que tiene una infección grave, como rubéola o sarampión alemán, puede transmitirla a su feto. Los defectos congénitos de la médula espinal, el nacimiento prematuro o la falta de oxígeno durante el trabajo de parto también pueden afectar la capacidad del cerebro para regular el desarrollo y el movimiento de los músculos. En raras ocasiones, una lesión cerebral grave adquirida durante el primer año de vida puede provocar síntomas hipotónicos.
Cuando un bebé nace con parálisis cerebral hipotónica grave, los signos suelen ser obvios de inmediato. La mayoría de los recién nacidos tienen cierta dificultad para mover la cabeza, pero los bebés con afecciones hipotónicas tienen el cuello completamente flácido. Los médicos suelen utilizar el término muñeco de trapo para describir a los bebés críticamente hipotónicos que no muestran control sobre el cuello, las piernas o los brazos. Si los síntomas no son tan graves, la afección se puede diagnosticar después de una serie de pruebas de reflejos, respiración y deglución.
Según el grado de afectación muscular, es posible que un bebé deba permanecer en una unidad de cuidados intensivos durante varias semanas o meses. A los bebés que pueden respirar y tragar con una ayuda mínima se les puede permitir regresar a casa. A medida que los bebés continúan desarrollándose, los problemas de tono muscular se vuelven más frecuentes. Por lo general, son pequeños y frágiles, y tienen grandes dificultades para aprender a hablar y tragar alimentos sólidos. La inteligencia generalmente no se ve afectada por la parálisis cerebral hipotónica, pero los problemas de comunicación pueden afectar la capacidad de aprendizaje de un niño.
Los niños mayores, los adolescentes y los adultos que viven con parálisis cerebral hipotónica pueden beneficiarse de la fisioterapia regular. Los terapeutas capacitados ayudan a los pacientes a aprender a usar aparatos ortopédicos para los brazos, sillas de ruedas motorizadas para mantener cierto grado de independencia. Los programas de ejercicios especializados están diseñados para fortalecer los músculos existentes tanto como sea posible. Muchos pacientes pueden controlar sus brazos lo suficientemente bien como para vestirse, pero a menudo aún necesitan ayuda para comer.