El peyote es un tipo de cactus sin espinas que se puede encontrar en los desiertos de México y el suroeste de los Estados Unidos. El cactus produce una serie de alcaloides, sobre todo la mescalina, que provocan efectos alucinógenos en los seres humanos cuando se ingieren. Las culturas nativas en esta región del mundo han usado históricamente el peyote para este propósito como parte de sus prácticas religiosas, y las personas fuera de la cultura nativa americana usan el peyote como droga recreativa. En los Estados Unidos, el peyote es una sustancia de la Lista I, lo que significa que no tiene ningún propósito médico conocido, y el uso, posesión, cultivo y venta de peyote está prohibido, excepto para los nativos americanos.
El nombre formal de este cactus es Lophophora; se cosechan dos géneros por su mescalina, más comúnmente L. williamsii. El cactus crece en forma de pequeños botones bulbosos que emergen del suelo, adheridos a una raíz larga. Los botones florecen periódicamente, produciendo flores rosadas y pequeños frutos comestibles. Cuando se cosecha el peyote, se cortan los botones; cosechar peyote requiere una técnica especial para asegurar que la raíz pueda producir botones nuevamente.
Los botones de peyote se consumen tanto secos como frescos. Por lo general, las personas los mastican, aunque pueden guisarse en tés o cocerse con otros alimentos para enmascarar el sabor amargo. Como ocurre con muchos alucinógenos naturales, el peyote suele causar náuseas e incomodidad antes de que aparezcan los efectos. Los efectos incluyen visiones, desorientación y varios efectos fisiológicos que son causados por el cuerpo cuando trata de expresar los alcaloides en el peyote.
Entre los nativos americanos, el peyote o cactus divino se usa para provocar visiones que se dice que conectan al usuario con sus antepasados. A medida que ocurren las visiones, el usuario puede buscar significado, orientación y mensajes para compartir cuando él o ella emerja del estado alucinógeno inducido por el peyote. Este uso religioso está protegido por el código de los Estados Unidos, que protege la libertad de religión.
Sin embargo, el uso recreativo del peyote no está protegido por el código de los Estados Unidos y puede ser penalizado con penas de cárcel y fuertes multas. Algunas personas han intentado solucionar este problema uniéndose a tribus nativas americanas; esta práctica está generalmente mal vista.
Al igual que con cualquier alucinógeno, el peyote presenta riesgos. La droga puede contener varias impurezas, dependiendo de cómo se manipuló y dónde se cultivó, y la concentración de los alcaloides puede variar. En algunos casos, el medicamento puede causar reacciones graves que pueden ser muy peligrosas en usuarios que no están supervisados o no están familiarizados con el medicamento.