Las habilidades locomotoras son habilidades relacionadas con los movimientos corporales que generan un movimiento general del cuerpo a través del espacio. Agitar los brazos en el aire no es un ejemplo de una habilidad locomotora; aunque se trata de una habilidad motora, no se genera ningún movimiento corporal general. Caminar y saltar hacia adelante, por otro lado, se consideran habilidades locomotoras, ya que el cuerpo se mueve a través del espacio. Aprender habilidades de locomoción como caminar, correr, saltar y brincar es una parte esencial del desarrollo normal de muchos animales diferentes, incluidos los humanos. Una discapacidad locomotora es un tipo de problema físico o neurológico que inhibe la capacidad de un individuo para impulsarse a través del espacio.
Caminar se considera una de las habilidades de locomoción más simples y es un hito importante en el desarrollo de las habilidades motoras de un niño. A pesar de su aparente simplicidad, caminar es un acto complejo que consta de muchos componentes diferentes. El equilibrio, la marcha, la longitud de las zancadas y la coordinación con los brazos y el resto del cuerpo son aspectos importantes de la marcha. Durante el desarrollo temprano, la marcha de un niño tiende a desarrollarse de una progresión desigual y de pies planos a una caminata más segura y equilibrada del talón a los pies. Otras habilidades locomotoras, como correr y saltar, pasan por un patrón de desarrollo igualmente complejo a lo largo del tiempo.
El desarrollo real de los componentes físicos de las habilidades locomotoras es solo un aspecto de su implementación segura y efectiva. Una persona, al aprender a correr, por ejemplo, también debe desarrollar la habilidad y la delicadeza necesarias para evitar obstáculos y permanecer consciente de su entorno. En cualquier momento, un individuo debe ser consciente de las posibles barreras que impiden la implementación segura de sus habilidades de locomoción. También puede haber consideraciones sociales para el movimiento locomotor adecuado, como mantener un grado apropiado de espacio entre uno mismo y los demás.
Aunque la mayoría de las habilidades locomotoras primarias se obtienen durante el curso del desarrollo normal y no requieren mucha corrección o mejora intencional, algunas personas, por elección o necesidad, trabajan para mejorar dichas habilidades. Las personas que padecen discapacidades neurológicas o físicas o que sufren lesiones que afectan la función locomotora a menudo necesitan someterse a fisioterapia para volver a desarrollar sus habilidades locomotoras. Otros, en particular los atletas, pueden trabajar para perfeccionar sus habilidades mediante la práctica deliberada o el trabajo con entrenadores personales. Los corredores, por ejemplo, a menudo aprenden a correr incorrectamente y pueden beneficiarse sustancialmente de trabajar conscientemente para lograr incluso pequeñas mejoras en su forma de andar.