¿Qué es una neuralgia intercostal?

La neuralgia intercostal es una rara condición de dolor que involucra los nervios intercostales que irrigan los músculos entre las costillas. En pacientes con este tipo de neuralgia, se experimentan bandas de dolor alrededor de la caja torácica. El dolor suele ser intermitente y espasmódico. La intensidad puede variar, dependiendo de varios factores. Esta afección generalmente es tratada por un neurólogo, que es un médico que se especializa en afecciones que involucran los nervios. El tratamiento generalmente también involucra a un especialista en dolor que ayuda a abordar el dolor asociado.

Los pacientes pueden desarrollar neuralgia intercostal como consecuencia de una lesión que daña los nervios o como resultado de una enfermedad degenerativa que pellizca o daña los nervios. Por lo general, las personas experimentan dolor al respirar, toser y reír. También pueden experimentar dolor durante el esfuerzo. La neuralgia puede manifestarse como hormigueo, entumecimiento, picazón o dolor y, a veces, todas estas sensaciones se experimentan en varios momentos. En algunos casos, el dolor es punzante y, a veces, se describe como «como un rayo».

El diagnóstico de esta afección puede resultar complicado. Puede imitar otras afecciones y es posible que un médico que no tenga experiencia con la neuralgia intercostal no comprenda los informes realizados por el paciente. Los pacientes con afecciones de dolor crónico también a veces encuentran resistencia por parte de los proveedores de atención que están preocupados por el comportamiento de búsqueda de medicamentos y temen que un paciente afirme tener dolor cuando este no es el caso. La naturaleza a veces errática de las condiciones de dolor puede complicar aún más las cosas, ya que un paciente puede tener diferentes niveles de dolor que dificultan delimitar la ubicación y la causa del dolor.

El manejo inmediato de la neuralgia intercostal incluye la administración de analgésicos para controlar el dolor, junto con medicamentos antiinflamatorios para reducir la inflamación alrededor de los nervios. Un médico puede administrar una inyección de anestésico local a un paciente que experimenta un dolor extremo. Algunas otras opciones pueden incluir fisioterapia y masajes, según la situación. Algunos pacientes también buscan terapias complementarias y alternativas bajo la guía de un médico.

Si estas medidas no son efectivas, existen tratamientos más agresivos para esta condición. La estimulación nerviosa a veces proporciona beneficios a algunos pacientes. Por lo general, esta opción se probará primero con estimulación externa y, si el paciente experimenta alivio, se puede implantar un dispositivo interno. Finalmente, si un nervio no responde a ningún tratamiento, se puede cortar en un procedimiento quirúrgico para que deje de enviar señales de dolor al cerebro.