Un quiste renal es un pequeño saco de líquido que se desarrolla en los riñones. Este tipo de quiste se presenta en dos tipos: un quiste de riñón simple, que es un saco lleno de líquido de forma ovalada, y un quiste de riñón complejo, que no tiene la forma ovalada tradicional y posiblemente podría ser canceroso. Estos quistes suelen ser el resultado del proceso de envejecimiento y rara vez son malignos; mucha gente los tiene sin siquiera saberlo. También pueden resultar como producto de la poliquistosis renal, una condición hereditaria caracterizada por infecciones renales regulares.
Nadie está seguro de qué causa un quiste simple en el riñón que no es el resultado de una enfermedad renal poliquística. Se cree que es un subproducto natural del envejecimiento del órgano. Los quistes complejos pueden ser un síntoma de problemas mayores en los riñones, lo que indica problemas de salud potencialmente graves en los riñones mismos o en otras áreas del cuerpo.
Un quiste simple en el riñón es muy pequeño y de forma circular. La pared del quiste en sí es tradicionalmente ligera y no presenta marcas o indicaciones irregulares. El líquido dentro del quiste es transparente o de color amarillo. Se estima que el 50% de los adultos tienen estos quistes benignos cuando alcanzan los 50 años de edad.
Los quistes complejos poseen irregularidades en la forma o en el interior del quiste. Las paredes llamadas tabiques se ven con frecuencia dentro de un quiste renal complejo. Los quistes de esta variedad se consideran mucho más graves que los del tipo simple y pueden ser indicativos de cáncer de riñón u otros problemas de salud críticos.
Si bien un quiste simple rara vez causará signos reveladores, los síntomas de un quiste renal que es complejo pueden dar algunos indicadores. Estos incluyen un dolor sordo y generalizado en la espalda o el costado, dolor en la región superior del estómago y fiebre. Aunque los quistes comúnmente se desarrollan a medida que las personas envejecen, pueden afectar a cualquier persona de cualquier edad sin discriminación.
El tratamiento de los quistes renales no suele ser necesario para los quistes simples. Los quistes complejos generalmente se perforan, lo que permite que el líquido drene del saco. Una vez que se ha eliminado el líquido, se inyecta una solución que contiene alcohol en la pared desinflada; esto asegura que el quiste no regrese. Las variedades complejas más grandes o más serias implicarán la eliminación del quiste mediante un proceso quirúrgico. Durante la cirugía, se inserta una pequeña cámara de video en la región del riñón, lo que permite al cirujano apuntar al quiste y extraerlo por completo.