La mayoría de los tipos de quistes ováricos son inofensivos, pero los quistes ováricos complejos en realidad representan un peligro para las mujeres que los desarrollan. Este tipo de quiste puede causar malestar, sangrado irregular y síntomas del embarazo, como náuseas y sensibilidad en los senos. El quiste ovárico complejo típico se compone de material sólido y líquido, y la mayoría requiere cirugía o medicación para su control. Los tres tipos principales son dermoides, cistadenomas y endometriomas.
Un quiste regular, que también se llama quiste funcional, a menudo se desarrolla durante el ciclo menstrual y tiene pocos síntomas, si es que tiene alguno. Por lo general, el peor tipo de resultado con un quiste funcional es que crecerá y eventualmente torcerá el ovario, causando dolor en el abdomen. Por otro lado, el peor resultado posible para un quiste ovárico complejo es la muerte, aunque la mayoría solo causa dolor y síntomas incómodos que incluyen náuseas, vómitos, sensibilidad en los senos, sangrado irregular y dolor pélvico extremo. De hecho, algunas mujeres experimentan los mismos síntomas que suelen aparecer en el embarazo ectópico o la endometriosis, ambos conocidos por ser bastante dolorosos. Es importante que un médico revise los quistes ováricos complejos de inmediato para asegurarse de que no sean cancerosos.
Uno de los tres tipos principales de quistes complejos es un quiste dermoide, que crece a partir de las mismas células que un óvulo humano. Por lo tanto, este tipo de quiste ovárico complejo a menudo tiene células humanas, como cabello, piel o incluso dientes, y aunque no suele ser canceroso, suele ser doloroso. Otro tipo de quiste ovárico complejo es el endometrioma, que se presenta en personas con endometriosis. Por lo general, se encuentra fuera del útero y, a veces, causa problemas relacionados con los ovarios, lo que hace que el tratamiento rápido sea crucial. Un cistoadenoma contiene líquido y moco, y puede girar fácilmente, lo que significa que puede volverse bastante doloroso.
Por lo general, es necesario un examen pélvico para diagnosticar un quiste ovárico complejo. De hecho, una ecografía pélvica, un análisis de sangre y una prueba de embarazo se utilizan con frecuencia para diagnosticar este tipo de masa ovárica y asegurarse de que no haya cáncer o un embarazo ectópico. En muchos casos, la cirugía es la mejor opción de tratamiento, especialmente si el quiste parece ser grande o está creciendo. Se puede realizar mediante laparoscopia, que implica hacer varias incisiones diminutas y luego extraer los quistes que se encuentren. También se pueden administrar analgésicos para controlar el malestar que suele acompañar a un quiste ovárico complejo.