El tejido cicatricial postoperatorio se forma después de una operación en la que un paciente sufre daño tisular, generalmente como resultado intencionado o inevitable del procedimiento. Puede formarse en el exterior de la piel o dentro del cuerpo. En su mayor parte, el tejido cicatricial es normal e inofensivo, pero en algunos casos puede presentar dificultades médicas en función de su ubicación y tamaño.
El tejido cicatricial es tejido conectivo grueso generado por el cuerpo sobre una herida que está cicatrizando. Reemplaza gradualmente la costra o el coágulo de sangre que se forma inicialmente para detener el sangrado. Dependiendo del tamaño de la herida, el tejido cicatricial puede comenzar a formarse en un día y tardar semanas en crecer por completo. Se asienta con el tiempo en un proceso conocido como maduración.
Normalmente, el tejido cicatricial crece de una manera en la que las células individuales están alineadas en una dirección en lugar de la disposición de tejido normal en forma de trama cruzada. Esto lo hace más grueso y menos flexible. En las cicatrices superficiales, esto es principalmente una preocupación estética. Para las cicatrices internas, ya sea que se produzcan como resultado de algo como un ataque cardíaco o después de una cirugía, los crecimientos tan gruesos y fibrosos pueden ser problemáticos.
No hay nada funcionalmente diferente entre el tejido cicatricial común y el que se desarrolla después de la cirugía. Para las cicatrices superficiales creadas por cirugía o lesión, existe una variedad de tratamientos disponibles para disminuir su tamaño y visibilidad. Las opciones incluyen exfoliaciones químicas, enzimas que disuelven el tejido cicatricial y cirugía adicional para eliminar el tejido cicatricial y trabajar deliberadamente para minimizar su reaparición.
Dependiendo de su ubicación, el tejido cicatricial posterior a la cirugía que se acumula dentro del cuerpo puede causar rigidez y disminuir considerablemente la flexibilidad de las articulaciones y los músculos cercanos. Una recomendación común después de la operación para las cirugías que involucran articulaciones, músculos o ligamentos es mover y flexionar el área de manera rutinaria tan pronto como la hinchazón disminuya. Hacerlo ayuda a asegurar que el crecimiento de bandas gruesas de tejido cicatricial se mantenga al mínimo.
A pesar de estos esfuerzos, no es raro que el tejido cicatricial se rasgue semanas, meses o, a veces, años después de la operación. Es un fenómeno menor, aunque doloroso, que a menudo se confunde con una nueva lesión más grave o la recurrencia del problema original. El tejido normalmente se vuelve a curar sin efectos adversos.
En algunos casos específicos donde la cirugía se realiza en un área sensible, el tejido cicatricial que se desarrolla después de la cirugía puede causar problemas biomecánicos. Un ejemplo común es el pinzamiento del tracto urinario después de la reparación de una hernia. En tales casos, se requiere una cirugía de seguimiento para eliminar el tejido cicatricial y restaurar la funcionalidad.