Un callo del dedo del pie es un área de piel engrosada en el dedo. Los callos se forman en respuesta a la fricción y la presión, y pueden ir acompañados de callos en los dedos de los pies, una formación estrechamente relacionada de piel engrosada. Hay varias opciones disponibles para tratar un callo si se vuelve incómodo o desagradable; a los podólogos les gustaría que se hiciera notar, para el registro, que no se recomienda cortar los callos.
Hay varias formas en que se puede formar un callo en el dedo del pie. Uno de los más comunes es el resultado del uso de zapatos que no le quedan bien. El calzado demasiado apretado, que ejerce presión sobre una zona del pie o que no facilita la marcha puede provocar la formación de un callo en el dedo del pie. Las anomalías en la marcha y caminar, andar en bicicleta, escalar rocas u otras actividades atléticas con frecuencia también pueden promover el desarrollo de un callo.
Una vez que comienza a formarse un callo, debe tratarse lo más rápido posible, antes de que se desarrollen más capas de piel engrosada. Remojar el pie en agua caliente y sal o agua caliente y bicarbonato de sodio y seguir con un exfoliante de piedra pómez puede ayudar a eliminar la piel engrosada sin romper la piel ni lastimar el pie. Muchas farmacias tienen piedras pómez que se pueden usar para fregar los pies, y también se pueden comprar en las tiendas que tienen productos de belleza. También se puede utilizar una lima de uñas o una lima para pies.
Ciertas cremas para las manos también pueden ayudar con los callos de los dedos, al igual que las cremas para los pies. Las cremas diseñadas para suavizar la piel dura ayudarán a romper el callo. Una de las mejores formas de utilizar estas cremas es aplicar la crema antes de acostarse y ponerse un par de calcetines sobre los pies para que la crema tenga suficiente tiempo para actuar.
También existen productos comerciales para los callos de los pies, como toallitas y toallitas medicinales. Por lo general, no se recomiendan, ya que pueden ser duros para la piel. Del mismo modo, las almohadillas de callos y callosidades de los zapatos pueden empeorar la presión, en lugar de mejorarla. En su lugar, se puede utilizar un inserto de suela personalizado para aliviar y redistribuir la presión de forma segura.
Si un callo sigue apareciendo, puede ser una buena idea reunirse con un podólogo. El médico puede evaluar el pie, hablar con el paciente sobre los hábitos y revisar el calzado del paciente. Con esta información, se puede hacer una recomendación para algunas recomendaciones de estilo de vida que evitarán la formación de callos en los dedos del pie. Por ejemplo, el paciente podría resolver el problema volviéndose a poner zapatos o comprando zapatos nuevos.