Los juegos de azar adoptan muchas formas, desde jugar a la lotería hasta apostar a caballos y apuestas de casino de alto riesgo. Muchas personas disfrutan de alguna forma de juego como un pasatiempo o pasatiempo divertido, pero poco frecuente. Sin embargo, algunos sufren de una adicción al juego que puede causar estragos en sus vidas personales y financieras. Es similar a una dependencia química y se reconoce como una enfermedad de adicción, sin embargo, las estadísticas muestran que conduce a más suicidios que la dependencia química.
Cuando una persona sufre de adicción al juego, hay menos signos externos que otras adicciones. Él o ella pueden sentirse deprimidos y sufrir cambios de humor, pero a menos que su situación financiera sea un libro abierto para otros, su problema puede ser grave antes de que nadie se dé cuenta. Por esta razón, el juego compulsivo a menudo se denomina adicción «oculta».
A diferencia de una persona promedio, una persona que sufre de adicción al juego no sabe cuándo dejar de fumar. Juegan más de lo que pueden permitirse perder. Pueden apostar el pago del alquiler o la hipoteca, el dinero de la compra o incluso los ahorros de toda su vida.
Una adicción al juego no se trata del dinero, se trata de la acción en sí. La emoción de la apuesta y la posibilidad de pago es lo que estimula el «alto». Cuando pierden, el individuo se deprime, pero no solo porque haya perdido su dinero. Necesitan recuperarse de esta depresión y buscar más acciones para hacerlo. Aunque cualquier tipo de juego puede crear adicción, se cree que el video póquer y las máquinas tragamonedas son las formas más adictivas. En gran parte porque son actividades solitarias, pero crean el mismo sentido de acción que alimenta la adicción. Del mismo modo, debido a que son actividades solitarias, a cualquier otra persona le puede resultar difícil darse cuenta cuando hay un problema.
Los signos de que una persona puede ser adicta al juego incluyen depresión, cambios de humor y pensamientos o tendencias suicidas. Estos signos emocionales, junto con la incapacidad para pagar facturas o administrar el dinero, o el endeudamiento excesivo por razones desconocidas o sospechosas, también pueden ser síntomas de una adicción al juego. Las personas que padecen esta afección deben buscar ayuda tanto de un profesional de la salud como de un asesor financiero. Necesitan abordar los aspectos mentales de su adicción, así como recuperarse de la tensión financiera que se han creado. Por lo general, el tratamiento también implica una fuerte intervención de amigos o familiares.