Un seroma es un depósito de linfa que se forma en el cuerpo en respuesta a una cirugía o un trauma físico. Estos depósitos son muy comunes después de la cirugía y, a menudo, se resuelven por sí solos. Si un depósito es grande o causa molestias, un proveedor de atención puede drenarlo. Este efecto secundario es especialmente común después de mastectomías o procedimientos en los que se extirpan los ganglios linfáticos.
La cirugía causa traumatismos en los vasos sanguíneos y linfáticos, así como en el tejido circundante. En respuesta, el cuerpo inunda el sitio quirúrgico con linfa y se produce una respuesta inflamatoria, lo que explica el dolor y la hinchazón que se producen después de la cirugía. A veces, la linfa forma una bolsa en lugar de drenar de forma natural, y esto conduce a la formación de un seroma. Se puede advertir a los pacientes sobre la posibilidad de desarrollar una acumulación de linfa después de la cirugía y, por lo general, se les recomienda vigilar de cerca el sitio de la cirugía para detectar anomalías y complicaciones.
Los seromas están llenos de líquido seroso, un líquido de color amarillento a blanco que también se puede ver en las ampollas y alrededor de los cortes recientes. Toman la forma de bultos debajo de la piel y se pueden analizar para confirmar que contienen líquido seroso y no pus, sangre u otras acumulaciones de líquido que podrían ser motivo de preocupación. Si se deja curar de forma natural, el cuerpo reabsorberá lentamente el líquido durante un período que va desde un mes hasta un año. El sitio puede experimentar algo de calcificación y el endurecimiento puede ser palpable después de que cicatriza el seroma.
Los médicos pueden recomendar el drenaje si un seroma causa molestias. Esto se hace creando un sitio de punción para extraer o extraer el líquido. No es infrecuente que los seromas drenados se llenen de nuevo y puede ser necesario colocar al paciente un tubo de drenaje o utilizar varias sesiones de drenaje para seguir vaciando el área. El drenaje aumenta el riesgo de infección y debe realizarse con herramientas limpias en un ambiente limpio para evitar la introducción de bacterias en el cuerpo.
Cuando un paciente o un proveedor de atención médica identifica un seroma, es posible que al paciente se le presenten algunas opciones de tratamiento, incluido el drenaje o dejar la bolsa de líquido sola. Para los pacientes con cáncer, una preocupación con los seromas es que pueden retrasar tratamientos adicionales contra el cáncer mientras se desarrolla un plan de tratamiento para abordarlos. Esto puede aumentar la cantidad de tiempo que el paciente pasa en tratamiento además de alterar el pronóstico, ya que todos los días pueden contar cuando se trata de un tratamiento contra el cáncer.