Un quiste de cuello es una estructura en forma de saco ubicada en el cuello que está llena de materiales líquidos, gaseosos o sólidos. Pueden variar en tamaño desde microscópicos hasta muy grandes por naturaleza. En muchos casos, un quiste de cuello puede confundirse con cáncer, pero a diferencia de los bultos cancerosos, los quistes rara vez son motivo de alarma y, a menudo, requieren poco o ningún tratamiento.
Hay varias causas para un quiste en el cuello, que incluyen obstrucciones en los conductos normales, anomalías celulares, enfermedades inflamatorias o infecciones. A diferencia de los bultos cancerosos, los quistes generalmente no crecen rápidamente ni se diseminan a otras áreas del cuerpo. Cuando se busca un quiste o un bulto, existen formas de diferenciar entre un tumor canceroso y un quiste no canceroso. Los quistes generalmente tienen una forma más suave y se pueden mover debajo de la piel. El cáncer a menudo tiene bordes indefinidos y es muy duro e inmóvil.
Los pacientes no deben intentar autodiagnosticarse un quiste como benigno. Cualquier bulto en el cuello debe ser examinado por un médico autorizado. En la mayoría de los casos, no se sospechará de cáncer. En otras ocasiones, se puede solicitar una biopsia para determinar si el quiste es canceroso. Los quistes cancerosos se denominan tumores y requieren atención médica inmediata.
En la mayoría de los casos, un quiste de cuello no necesitará tratamiento. Se le puede recomendar al paciente que revise el área de vez en cuando para asegurarse de que el quiste no esté creciendo. Si el quiste es muy grande y desagradable o si está afectando otro sistema corporal o desplazando venas o arterias en el cuello, es posible que se requiera cirugía para extirpar el bulto. A veces, un quiste puede ser el signo de una afección médica subyacente, como un problema de tiroides. En este caso, el tratamiento tendrá como objetivo curar o tratar la afección en lugar del quiste directamente.
A menudo, un quiste no presenta síntomas notables aparte de un bulto en el cuello. En algunos casos, este bulto puede ser doloroso o sensible al tacto. Cuando los quistes se vuelven dolorosos, se recomienda al paciente que consulte a un médico para descubrir la causa subyacente o para extirpar el quiste. A veces, el quiste se perforará o abrirá para permitir que el líquido drene y aliviar la presión. Sin embargo, si el área está llena de pus en lugar de líquido, esto no se considera un quiste sino un absceso, que también es común en la parte posterior del cuello.