Las plaquetas son células producidas por la médula ósea y liberadas al torrente sanguíneo. Su función principal es liberar las hormonas necesarias para coagular la sangre, evitando la pérdida excesiva de sangre por una lesión interna o externa. Un recuento de plaquetas normal para la mayoría de los seres humanos es de 150,000 a 450,000 por microlitro de sangre, y tener un recuento superior al promedio puede ser indicativo de problemas de salud graves. Un recuento alto de plaquetas puede ser causado por cáncer, infecciones, anemia y enfermedades inflamatorias, incluida la artritis reumatoide y la enfermedad inflamatoria intestinal. Un recuento alto de plaquetas puede provocar una coagulación sanguínea excesiva y peligrosa si no se trata.
El término médico para un recuento alto de plaquetas es trombocitosis, una afección en la que las células de la médula ósea producen demasiadas plaquetas. La trombocitosis puede ser reactiva o esencial. La trombocitosis reactiva significa que un recuento alto de plaquetas es una reacción a la inflamación, infección, lesión, anemia o cáncer, y la trombocitosis esencial indica que las condiciones genéticas o los desequilibrios hormonales están causando la formación irregular de plaquetas. Las personas con la forma reactiva rara vez experimentan síntomas, mientras que las personas con trombocitosis esencial pueden sufrir coágulos de sangre en las extremidades, hemorragias nasales, heces con sangre y hematomas inexplicables.
Las personas con trombocitosis esencial corren el riesgo de desarrollar coágulos de sangre peligrosos que pueden provocar trombosis venosa profunda, accidente cerebrovascular o ataque cardíaco. La trombocitosis reactiva también puede resultar en una coagulación excesiva, aunque las causas subyacentes suelen ser los predictores más importantes de problemas de salud. Es difícil detectar los primeros signos de advertencia de un recuento alto de plaquetas, y la mayoría de las personas desconocen su afección hasta que se realizan análisis de sangre de rutina. Un análisis de sangre que sugiere trombocitosis inducirá al médico a realizar una evaluación más exhaustiva y determinar el mejor método de tratamiento.
Un médico puede tomar más de una muestra de sangre para obtener un análisis claro del recuento de plaquetas de un paciente. Por lo general, le pregunta al paciente acerca de los antecedentes médicos y familiares, incluidas preguntas sobre cirugías y enfermedades pasadas para determinar si una causa subyacente conduce a un recuento alto de plaquetas. Una vez que el médico haya hecho un diagnóstico de trombocitosis reactiva o esencial, decidirá el plan de tratamiento más adecuado.
El tratamiento de la trombocitosis reactiva generalmente implica curar la causa subyacente. A un paciente se le pueden administrar antibióticos o medicamentos antiinflamatorios para tratar infecciones, o medicamentos especializados para combatir la anemia y otras afecciones que conducen a un recuento alto de plaquetas. Los médicos suelen sugerir aspirina diaria en dosis bajas para los pacientes con trombocitosis esencial para ayudar a evitar que la sangre se coagule. En casos graves, se pueden recetar medicamentos de alta concentración para suprimir la producción de plaquetas en las células de la médula ósea. Los médicos generalmente sugieren que los pacientes con cualquier tipo de trombocitosis mejoren su dieta diaria y sus rutinas de ejercicio, se abstengan de fumar y programen chequeos regulares para asegurarse de que se mantengan saludables.