Los glóbulos blancos son esenciales para el funcionamiento saludable del sistema inmunológico, ya que ayudan a combatir infecciones y otras anomalías en la sangre, la médula ósea y el sistema linfático. Hay varios tipos diferentes de glóbulos blancos, cada uno de los cuales es esencial para defender al cuerpo contra una determinada enfermedad, como bacterias, virus, hongos, parásitos o reacciones alérgicas. Si una persona tiene un recuento bajo de glóbulos blancos, su cuerpo se vuelve susceptible a enfermedades e infecciones graves. Un recuento bajo de glóbulos blancos puede indicar la presencia de uno o más problemas de salud graves, como leucemia, hipertiroidismo, anemia aplásica o una enfermedad infecciosa. Una cantidad insuficiente de células también puede ser un efecto secundario potencialmente peligroso por tomar ciertos medicamentos o recibir tratamientos de quimioterapia y radiación.
Es común que una persona con cáncer padezca un recuento bajo de glóbulos blancos. Un tipo específico de cáncer conocido como leucemia es particularmente devastador para las células sanguíneas y el sistema inmunológico en general. La leucemia afecta directamente al tejido que forma la médula ósea, lo que a su vez conduce a una menor cantidad de glóbulos blancos sanos y una abundancia de mutantes dañinos. Los médicos pueden realizar pruebas de leucemia y otros cánceres solicitando análisis de sangre y extrayendo médula ósea para determinar la cantidad y el estado de los glóbulos blancos. La leucemia generalmente se trata con quimioterapia, radioterapia o trasplantes de médula ósea.
Desafortunadamente, los tratamientos más populares para la leucemia y otros tipos de cáncer también pueden resultar en un recuento bajo de glóbulos blancos. La quimioterapia y la radioterapia están destinadas a buscar y destruir células anormales, pero los glóbulos blancos inocentes y sanos también pueden dañarse durante el tratamiento. Muchos otros medicamentos, incluidos algunos antipsicóticos y antidepresivos, pueden agotar los glóbulos blancos con el uso prolongado. Los médicos suelen recetar medicamentos que estimulan el sistema inmunológico a los pacientes para combatir los efectos negativos de los tratamientos contra el cáncer y otros medicamentos.
Un recuento bajo de glóbulos blancos también puede indicar la presencia de una infección bacteriana, viral o fúngica grave que ataca el sistema inmunológico, como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Algunos trastornos congénitos, como el lupus y la mielofibrosis, hacen que el cuerpo ataque su propio sistema de defensa, agotando la médula ósea y los glóbulos blancos. Las personas pueden sufrir anemia aplásica, una afección en la que el cuerpo no puede producir nuevas células sanguíneas. Las deficiencias de vitaminas o minerales, la influenza, la fiebre tifoidea y la malaria también pueden provocar un recuento bajo de glóbulos blancos.