Los dos tipos principales de detectores de infrarrojos o infrarrojos son los sistemas activos y pasivos. Los sistemas activos utilizan tanto una fuente de luz infrarroja como un sensor para detectar la energía infrarroja reflejada. Los sistemas pasivos usan solo un detector que detecta la diferencia en la energía IR de una persona u objeto caliente y la habitación en sí. Infrarrojos es una frecuencia de luz por debajo del rango de la vista humana que es emitida o enviada por cualquier persona o objeto caliente.
Dentro de estas dos clasificaciones principales, existen diferencias adicionales para los detectores de infrarrojos activos y pasivos. Se encuentra disponible una gama de detectores comerciales para detectar diferentes longitudes de onda de infrarrojos según la aplicación. Estos sensores pueden ser fotónicos o sensores de luz, o dispositivos térmicos o sensibles al calor.
Un edificio o sala grande puede requerir tecnología IR activa para monitorear con éxito a los intrusos. La capacidad de un sistema de infrarrojos activo para enviar energía infrarroja a la habitación mejora el rango de detección. Los sistemas pasivos son excelentes para su uso en hogares y habitaciones más pequeñas. Sin embargo, estos sistemas pueden perder partes de una habitación dependiendo del diseño de la lente del sensor. Es posible que se necesite más de un sensor para cubrir una habitación.
La detección de llamas o calor para protección contra incendios y usos de laboratorio es otro uso de IR. Los sensores de calor a menudo se incorporan en sistemas de alarma domésticos o comerciales. Esta tecnología es generalmente pasiva, y el sensor monitorea los cambios de temperatura por encima de las condiciones normales de la habitación. Los sistemas de fibra óptica deben monitorearse para detectar interrupciones en el servicio y la calidad de la señal, y los detectores de infrarrojos se pueden usar para monitorear los cambios en la señal óptica y enviar alertas según sea necesario.
La humedad se puede medir o monitorear con tecnología infrarroja. Las moléculas de agua absorben energía IR en determinadas longitudes de onda. Un sistema de infrarrojos activo puede escanear la vegetación o los cultivos y determinar los niveles de humedad a partir de las diferencias en la señal. El infrarrojo también se puede utilizar para la clasificación de cultivos al escanear las diferentes longitudes de onda de los cultivos y escombros como tierra o rocas.
La detección de temperatura es un uso común de estos sistemas. Las fundiciones y los fabricantes de metales pueden utilizar detectores de infrarrojos calibrados como termómetros para medir altas temperaturas a distancia. Los detectores se pueden calibrar para diferentes metales, porque los metales crean diferentes frecuencias cuando se calientan.
Los detectores de personal suelen ser utilizados por las fuerzas del orden y los militares. Los infrarrojos pueden detectar el calor corporal humano y animal por la noche frente a un paisaje oscuro. Los sistemas de detección pueden ser portátiles o desplegados en aviones para búsqueda y rescate o para hacer cumplir la ley.
El análisis de la corriente de gas se puede realizar con sensores de infrarrojos. La energía infrarroja se absorbe de manera diferente para los componentes de una mezcla de gases. Estos sensores se utilizan para pruebas de emisiones automotrices, monitoreo de gases de escape de plantas de energía y analizadores de gases de laboratorio.