Un fenol es uno de varios compuestos químicamente activos que se encuentran en toda la naturaleza, especialmente en las plantas. Cada una de sus moléculas incluye un grupo funcional hidroxilo (OH) unido al anillo de un compuesto aromático, una molécula que incluye al menos un anillo de átomos de carbono. Los fenoles exhiben una amplia gama de propiedades; algunos son anunciados por sus beneficios para la salud, mientras que otros son venenos mortales. Algunos tienen importantes usos industriales como medicamentos o aditivos alimentarios. La palabra fenol también puede referirse al ácido carbólico (C6H5OH), el más simple de este grupo de sustancias químicas.
La categoría de fenoles es químicamente similar a los alcoholes, pero los fenoles forman enlaces de hidrógeno más estrechos con otros compuestos químicos. También se distinguen de los alcoholes por su mayor acidez, solubilidad y puntos de ebullición. La mayoría son incoloras, aunque algunas son de colores brillantes y juegan un papel importante en la pigmentación de las plantas. Suelen ser sólidos o líquidos a temperatura ambiente.
Hay cientos de diferentes tipos de fenoles, y estos contribuyen a la variedad de vida vegetal que se encuentra en la tierra. Algunos, como las antocianinas y los flavonoides, aportan coloración. Otros, como el eugenol y el ketol, aportan aromas. Los fenoles también exhiben una amplia variedad de efectos sobre las vías biológicas de los seres humanos y otros animales. Estos incluyen todo, desde la capsaicina, que hace que los chiles picantes, hasta los cannabinoides, el ingrediente activo de la marihuana. El anestésico propofol, el antiséptico xilenol y el ácido salicílico, un medicamento común contra el acné, cada uno es un fenol.
Muchos de los que son importantes para la salud humana son los polifenoles, sustancias químicas compuestas por varias moléculas de fenol encadenadas. Este grupo incluye los taninos, ligninas y flavonoides. Se cree que algunos polifenoles, como el tirosol y la oleuropeína, tienen propiedades antioxidantes. Otros pueden reducir la probabilidad de enfermedad cardíaca o cáncer. Se cree que al menos un polifenol, el resveratrol, tiene potentes efectos antienvejecimiento.
Los polifenoles se pueden encontrar en el aceite de oliva, la piel de las frutas, las hojas, las bayas, el té, el café, el chocolate, las nueces y otras fuentes vegetales. Muchos se pueden encontrar en el vino, especialmente el tinto, donde contribuyen mucho al sabor y al color. Algunos se han extraído y convertido en suplementos dietéticos. Dado que se han asociado tantos beneficios para la salud con estos compuestos, algunas personas se apresuran a atribuirles otros beneficios menos establecidos. No todas las afirmaciones tienen una ciencia sólida detrás; dejar que el comprador tenga cuidado.
Algunos fenoles son realmente perjudiciales para la salud. Muchas plantas secretan compuestos fenólicos venenosos o desagradables para disuadir a los herbívoros. Uno, el urushiol, causa el sarpullido asociado con la hiedra venenosa y el roble venenoso. Los taninos dan a las bellotas su sabor amargo y son venenosos en dosis altas. El ácido carbólico provoca quemaduras químicas y puede ser cancerígeno. En resumen, dado que la categoría abarca una variedad tan amplia de productos químicos, también abarca una amplia variedad de efectos sobre la salud humana.