Aunque es posible rastrear la historia del aprovechamiento de la energía eléctrica e identificar a las personas responsables de varios avances en el camino, es difícil ponerle un nombre a la persona que descubrió la electricidad por primera vez. Muy temprano en la historia de la humanidad, la gente habría presenciado un rayo, una manifestación natural obvia, pero no habría podido explicarlo. La historia conocida de la electricidad se remonta al menos a 620-550 a. C., cuando, en la antigua Grecia, se descubrió que frotar el pelaje sobre el ámbar provocaba una atracción entre los dos. Este descubrimiento se le atribuye al filósofo Tales de Mileto. Pasarían muchos siglos antes de que alguien pudiera relacionar este fenómeno con los rayos, y un siglo más antes de que las corrientes eléctricas fueran puestas en práctica.
Experimentos tempranos
En el siglo XVII, se habían realizado muchos descubrimientos relacionados con la electricidad, como la invención de un generador electrostático temprano, la diferenciación entre cargas positivas y negativas y la clasificación de materiales como conductores o aislantes. En el año 17, el médico inglés William Gilbert estableció por primera vez la conexión entre la atracción de objetos con cargas opuestas y el magnetismo. Acuñó el término eléctrico, del griego elektron, que significa ámbar, para identificar la fuerza que ejercen ciertas sustancias cuando se frotan entre sí.
Benjamín Franklin
Benjamin Franklin es quizás el nombre más asociado con la electricidad. En 1750, trató de demostrar que los rayos eran causados por la electricidad al describir un experimento en el que se usaría un conductor eléctrico para extraer energía de una nube de tormenta. Parece que antes de que pudiera llevar a cabo esto, un experimentador francés llamado Thomas-Francois Dalibard, que había leído los escritos de Fraklin sobre el tema, obtuvo con éxito una descarga eléctrica de una nube de tormenta utilizando un poste de metal de 40 pies (12.2 metros) en mayo. 1752. A Franklin se le atribuye la realización de un experimento similar en junio de ese año, en el que voló una cometa con una llave de metal adherida a una nube adecuada. Los detalles históricos precisos no están claros, pero es posible que luego haya recuperado la llave y descargado la electricidad de ella.
Si bien no está claro exactamente cuándo, cómo o incluso si Franklin realmente llevó a cabo su experimento con rayos, se le atribuye con razón la idea detrás de él. Una vez confirmada la relación entre la iluminación y la electricidad, pasó a inventar el pararrayos, un poste de metal que conduce la electricidad de forma segura lejos de un edificio durante una tormenta eléctrica. Franklin observó y documentó otros fenómenos eléctricos, pero se dejó a otros determinar la verdadera naturaleza de la electricidad y aprovechar su poder.
Galvani, Volta y la invención de la batería
Los científicos italianos Luigi Galvani y Alessandro Volta desempeñaron un papel en el desarrollo de la primera batería a finales del siglo XVIII y principios del XIX. En 18, Galvani descubrió lo que llamó «electricidad animal» cuando descubrió que la pata de una rana se contraería si se conectara a dos metales diferentes. Volta demostró más tarde que la parte «animal» era innecesaria y que pares de metales diferentes, como el zinc y el cobre, podían producir una corriente si se sumergían en un electrolito, como el agua salada. Este dispositivo se conoce como celda galvánica.
Volta pasó a crear una «pila voltaica» que consiste en capas alternas de cobre y zinc separadas por papel empapado en agua salada. Esto generó una corriente mayor y se acredita como la primera batería. Estos dispositivos funcionan porque el zinc tiene una mayor tendencia a perder electrones que el cobre, de modo que cuando están conectados por un electrolito, los electrones fluirán de uno a otro, formando una celda galvánica. Una serie de celdas galvánicas conectadas entre sí, como en una pila voltaica, forman una batería.
Se ha teorizado que un artefacto descubierto en Irak, y que se cree que data de algún momento entre 224 y 640 d.C., podría haber sido un tipo de batería. Consistía en una pequeña maceta de barro que contenía un tubo de cobre que rodeaba una barra de hierro. Si se llena con un electrolito, como jugo de uva, puede producir una corriente eléctrica. La mayoría de los científicos, sin embargo, piensan que las ollas se utilizaron para almacenar pergaminos y que su capacidad para generar una corriente es pura coincidencia.
Michael Faraday
En 1831, el científico inglés Michael Faraday descubrió que un campo magnético en movimiento podía inducir una corriente eléctrica en un cable de cobre. Esto condujo a dos inventos cruciales: la dínamo y el motor eléctrico. Una dínamo genera una corriente eléctrica por el movimiento relativo de bobinas de alambre de cobre e imanes y es el método principal empleado hoy en día para generar electricidad para uso doméstico e industrial. El motor eléctrico utiliza el mismo principio: una corriente que fluye en un campo magnético produce movimiento.
Thomas Edison y Nicola Tesla
Tras la invención en 1860 de la bombilla eléctrica por el físico británico Joseph Swan, el inventor estadounidense Thomas Edison tuvo la idea, a fines del siglo XIX, de transmitir electricidad a través de cables a cada hogar para proporcionar iluminación. Edison planeaba utilizar la corriente continua (CC) producida por los generadores disponibles en ese momento. Sin embargo, esto habría significado colocar los generadores a intervalos frecuentes, ya que se perdió mucha energía por la resistencia de los cables.
Nicola Tesla, un ingeniero e inventor nacido en Serbia que trabajó con Edison durante un tiempo, desarrolló un nuevo tipo de generador que producía una corriente que cambiaba de dirección muchas veces por segundo, conocida como corriente alterna (CA). Esto tenía la ventaja de que el voltaje y la corriente se podían variar usando un transformador. La pérdida de energía podría minimizarse transmitiendo la electricidad a baja corriente y alto voltaje, luego reduciendo el voltaje y aumentando la corriente para uso doméstico. A pesar de la feroz oposición de Edison, se adoptó AC, y este es el tipo de corriente que se usa en los hogares hoy en día.