¿Qué es la metaplasia?

La metaplasia se refiere a la transición de un tipo particular de tejido a otro tipo de tejido. Puede ser normal, como por ejemplo, cuando el cartílago se endurece y convertirse en hueso, o anormal, como en el caso del esófago de Barrett, una afección en la que el revestimiento del esófago cambia por la exposición prolongada al ácido del estómago. Cuando la metaplasia es anormal, puede ser motivo de preocupación, ya que generalmente indica que se está produciendo algún tipo de problema médico.

La metaplasia anormal generalmente ocurre en respuesta a un estrés o estímulo que estimula a las células más delicadas a ser reemplazadas por células más resistentes. El revestimiento epitelial de los órganos internos del cuerpo, por ejemplo, puede cambiar de columnar a escamoso en respuesta al estrés, como se ve en la metaplasia cervical. Este proceso también suele ser reversible, y las células se revierten si se aborda la causa de la metaplasia.

Cada tipo de célula del cuerpo es muy específico y está diseñado para un propósito particular. Cuando la metaplasia ocurre donde no se supone que ocurra, esto puede resultar en un problema muy serio, porque el tipo incorrecto de célula puede comenzar a crecer en el área. Esto puede interferir con las funciones normales del cuerpo o puede allanar el camino para el desarrollo de una neoplasia maligna que deberá eliminarse.

Los exámenes médicos de rutina a veces identifican los signos de metaplasia. Las mujeres, por ejemplo, a menudo tienen un diagnóstico de metaplasia cervical muy temprano debido a las muestras tomadas del cuello uterino durante el examen anual. En otros casos, la afección puede diagnosticarse en el proceso de una prueba de diagnóstico o una muestra de biopsia, en cuyo caso puede haber progresado considerablemente desde su punto de origen.

Una amplia variedad de tensiones, incluidas las calcificaciones, la exposición a toxinas ambientales y el humo del cigarrillo, pueden causar metaplasias. La afección generalmente es diagnosticada por un patólogo que examina una muestra de tejido bajo un microscopio e identifica células anormales que no deberían estar presentes en el área del cuerpo de donde se tomó la muestra. Una vez identificadas, las opciones de tratamiento generalmente implican un enfoque de esperar y ver, junto con acciones para abordar la causa, si es evidente. La anomalía también se puede eliminar mediante un procedimiento quirúrgico.

Cuando el resultado de una biopsia indica que se está produciendo una metaplasia, no debería ser motivo de pánico. Dependiendo de dónde se encuentre el crecimiento celular anormal y cuánto haya progresado, generalmente hay muchas opciones de tratamiento, y un médico puede discutir la gravedad del problema y el enfoque adecuado.