También conocidos como aloinjertos, los homoinjertos son procedimientos quirúrgicos que implican el uso de órganos o secciones de tejido extraídas de donantes para tratar a un ser humano lesionado. El tejido cosechado se trasplanta a receptores de la misma especie, pero con diferente composición genética. Un injerto de este tipo puede ser una medida temporal o usarse como una solución permanente. En ambos escenarios, el uso de fármacos inmunosupresores es necesario para evitar que el organismo del receptor rechace el trasplante.
Un ejemplo común implica el uso de tejido que se extrae de un cadáver humano. El corazón, los pulmones o uno o ambos riñones se pueden extraer y trasplantar a un ser humano vivo poco después de la cosecha. Dado que tanto el difunto como el receptor son miembros de la misma especie, las posibilidades de un trasplante exitoso son muy altas. Al mismo tiempo, el receptor debe tomar medicamentos para evitar el rechazo del órgano u órganos trasplantados por el resto de su vida.
Un homoinjerto a veces implica el uso de tejido cutáneo recolectado. Este tipo de trasplante a veces se usa con víctimas de quemaduras o personas que se someten a cirugía reconstructiva después de un accidente. El procedimiento es común cuando el grado de daño es tan severo que no es posible extraer piel de otra parte del cuerpo del paciente. Con el tiempo, la piel recolectada se adapta al nuevo huésped y pasa por el proceso normal de eliminar las células viejas de la piel mientras produce otras nuevas. El receptor aún tendrá que tomar medicamentos para evitar el rechazo del tejido injertado.
Hay muchos tipos diferentes de tejidos y órganos que se pueden trasplantar. Junto con todo el corazón, es posible someterse a un reemplazo de válvula cardíaca o experimentar alguna otra forma de homoinjerto pulmonar. De esta forma también se pueden trasplantar córneas, así como huesos e incluso médula ósea. Se pueden extraer porciones de la rodilla o el tobillo de un donante y utilizarlas para reparar el daño sufrido por el receptor.
En general, este tipo de trasplante tiene más posibilidades de éxito que un xenoinjerto, que es un trasplante de tejido u órganos de una especie similar. Este enfoque también es una alternativa viable al uso de tejido sintético u órganos motorizados, una opción que también conlleva una mayor probabilidad de falla. Si bien es necesario tomar medicamentos para evitar que el cuerpo rechace el tejido u órgano trasplantado, los receptores a menudo pueden disfrutar de una vida plena y activa durante muchos años después de someterse a un procedimiento de este tipo.