¿Qué son las estatinas?

Las estatinas son un grupo de medicamentos que se utilizan principalmente para reducir el colesterol. Todos los medicamentos que pertenecen a este grupo tienen nombres que terminan con -statina. Por lo general, son capaces de reducir los niveles de colesterol entre un 20 y un 60 por ciento.

El colesterol juega un papel importante en el funcionamiento diario del cuerpo. Desafortunadamente, también puede tener un efecto negativo, contribuyendo al desarrollo de la aterosclerosis. La aterosclerosis es una afección grave caracterizada por la formación de placas que contienen colesterol dentro de las arterias. Estas placas pueden bloquear las arterias, cortar el flujo sanguíneo o romperse y causar un coágulo que aumenta el bloqueo. Los resultados de tales bloqueos son muy graves y pueden incluir angina, claudicación, ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.

Cuando se utilizan para reducir el colesterol, las estatinas actúan en el hígado para bloquear una sustancia necesaria en la producción de colesterol. Esta sustancia se llama HMG-CoA reductasa. El bloqueo de la HMG-CoA reductasa conduce al agotamiento del colesterol en las células del hígado y actúa para estimular la eliminación del colesterol de la sangre a medida que circula. Las estatinas incluso pueden ayudar al cuerpo a reabsorber el colesterol que ya se ha acumulado en placas en las paredes de las arterias. Además, las estatinas hacen que las placas formadas sean menos propensas a romperse y crear coágulos dañinos.

Las estatinas se consideran más capaces de reducir las lipoproteínas de baja densidad (LDL) que otros tipos de medicamentos. LDL es colesterol nocivo. Además, las estatinas son útiles para aumentar el colesterol bueno, llamado lipoproteína de alta densidad (HDL). También sirven para disminuir los triglicéridos en el cuerpo.

Disponibles en forma de tabletas o cápsulas, las estatinas generalmente se toman con la cena o antes de acostarse. Los resultados suelen ser evidentes después de un período de cuatro a seis semanas de uso. Los medicamentos de este grupo suelen ser fáciles de tolerar y causan pocos efectos secundarios, si es que tienen alguno.

Además de reducir el colesterol y disminuir el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular, se ha demostrado que las estatinas ofrecen otros beneficios para la salud. Por ejemplo, se ha demostrado que reducen el riesgo de fracturas óseas en algunas personas. Incluso pueden ser útiles para tratar la osteoporosis.

A pesar de los beneficios para la salud que brindan las estatinas, hay algunas personas que deberían evitarlas. Las personas que son alérgicas a las estatinas, tienen una enfermedad hepática activa o beben cantidades excesivas de alcohol no son buenos candidatos para tomar este tipo de fármaco. Las mujeres que están embarazadas, que planean un embarazo o que están amamantando deben consultar a sus médicos sobre los riesgos de tomar estatinas. Aquellos con antecedentes de miopatía, así como cualquier persona que padezca insuficiencia renal causada por rabdomiólisis, también deben evitar este grupo de medicamentos.