El cuerpo es una serie compleja de sistemas capaces de reaccionar a entornos internos y externos casi instantáneamente. Esto da como resultado la capacidad de responder y actuar ante la avalancha de cambios que ocurren en el cuerpo cada segundo del día. La biomecánica es la ciencia detrás de descifrar cómo las fuerzas mecánicas influyen en el funcionamiento interno del cuerpo humano. La biomecánica clínica está aplicando estos hallazgos al movimiento diario.
El objetivo de la biomecánica clínica es desarrollar protocolos y métodos de tratamiento para ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas que padecen una afección, enfermedad o dolencia que inhibe la capacidad de moverse y funcionar correctamente. Al proporcionar un «espejo» de cómo el cuerpo reacciona y se desempeña, y aplica los principios biomecánicos al movimiento especializado, la biomecánica clínica también puede ser una herramienta útil para maximizar o mejorar el rendimiento en los atletas. Esta práctica con base científica es además beneficiosa para reducir o prevenir lesiones.
Las metodologías detrás de la biomecánica clínica requieren una variedad de profesionales médicos que van desde médicos y cirujanos hasta expertos en movimiento como fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, entrenadores atléticos e ingenieros ortopédicos. Los ingenieros ortopédicos diseñan dispositivos de asistencia personalizados para problemas asociados con la disfunción del movimiento o problemas de posicionamiento que impiden el movimiento normal. Un “AFO” u ortesis de tobillo y pie, por ejemplo, es un sistema de refuerzo diseñado por un ortopedista y adaptado a un individuo para maximizar la función del pie. Esto se puede lograr prohibiendo el movimiento del tobillo o apoyando el tobillo limitando el rango de movimiento cuando el tobillo ya no puede moverse adecuadamente.
La biomecánica clínica es el puente entre la investigación y la aplicación real de lograr un movimiento adecuado en una situación de la vida real. Se tiene en cuenta todo, desde el rango de movimiento y la fuerza muscular de la parte del cuerpo afectada hasta la conexión general de los patrones de movimiento. Por ejemplo, cuando una persona tiene dificultades para caminar, se examina todo el patrón de marcha. El problema obvio puede ser la incapacidad del tobillo para levantar el pie cuando la pierna se balancea, pero también puede haber alguna causa subyacente, como músculos débiles de la cadera y las piernas.
El uso de biomecánica clínica también es un factor importante para mejorar el rendimiento de los atletas. Observar y evaluar la forma en que el atleta realiza actividades relacionadas con el deporte, o realizar un análisis biomecánico, puede revelar una ligera anomalía en los patrones de movimiento. Al aplicar teorías de investigación biomecánica aceptables a estas sutiles irregularidades del movimiento, se puede mejorar en gran medida el rendimiento y la eficiencia del movimiento, evitando así futuras lesiones.