La terapia ocupacional para niños es básicamente cualquier tipo de tratamiento interpersonal práctico entre un profesional médico y un niño o grupo de niños que está diseñado para ayudar a equipar a los jóvenes participantes con las habilidades necesarias para participar en las actividades diarias apropiadas para su edad. En la mayoría de los casos, el curso específico del tratamiento dependerá del niño y de sus necesidades independientes. Este tipo de terapia es muy común para los niños que han sufrido lesiones graves o que han nacido con defectos de nacimiento, pero también se recomienda con frecuencia para las personas que tienen ciertas condiciones psicosociales que podrían afectar su capacidad para desempeñarse en la escuela o en la escuela. Ajustes sociales. La terapia a menudo es supervisada por un profesional médico, generalmente alguien con formación en sociología y psicología, así como en cuidados básicos. En muchos casos, toda la familia también participa, al menos en cierto grado, para asegurarse de que el niño tenga una estructura de apoyo en el hogar que pueda facilitar su plena integración en la sociedad.
Objetivos principales
El objetivo aquí, como ocurre con muchas, si no la mayoría de las formas de terapia, es la integridad. Se puede cubrir cualquier cantidad de condiciones, incluidas lesiones de nacimiento o defectos de nacimiento, trastornos del procesamiento sensorial o de integración, fracturas de huesos u otras lesiones ortopédicas y problemas de salud mental o de comportamiento. Independientemente del problema subyacente, el proceso terapéutico tiene como objetivo ayudar a los jóvenes a encontrar la plenitud, sea lo que sea para su situación particular. Las habilidades visuales y de percepción, la cognición, el procesamiento de los sentidos y las habilidades motoras finas suelen tener al menos algún papel que desempeñar. El tratamiento se enfoca en que los niños logren la independencia mientras mejoran su autoestima y sentido de logro.
¿Cómo funciona?
Los niños generalmente son referidos a terapia ocupacional por un médico más general que diagnostica una condición subyacente que puede estar impidiendo el desarrollo del niño o nota problemas más generalizados que el niño puede tener cuando se trata de alcanzar ciertos hitos del desarrollo. Los terapeutas mismos suelen tener una amplia formación en ejercicios y juegos que pueden estimular el crecimiento adecuado de los músculos, el cerebro y la mente de un niño.
Los programas generalmente se adaptan individualmente a las necesidades específicas de un niño, aunque la mayoría de los regímenes siguen un protocolo más o menos «estándar» en lo que respecta a las actividades, el tiempo y las expectativas. Dependiendo de la naturaleza del problema, los terapeutas también pueden depender de la ayuda de ciertos dispositivos de asistencia como andadores y máquinas de estiramiento. También se puede recomendar a los niños que muestran signos de mejora para las clases de terapia grupal, aunque la mayoría de los programas comienzan como sesiones individuales.
Detalles de la sesión
Los niños que reciben terapia ocupacional suelen realizar muchos ejercicios y «juegos» durante el transcurso de sus sesiones. Pueden practicar la escritura, los cortes y otras habilidades motoras finas, además de recibir orientación en las habilidades de la vida diaria, como alimentarse y vestirse. Cuando la fuerza y las habilidades de un niño no se pueden mejorar, a menudo se desarrollan otras alternativas para permitirle las actividades diarias. Los terapeutas ocupacionales también evalúan la necesidad de un niño de equipos como audífonos, dispositivos de baño y sillas de ruedas.
La terapia a menudo también incluye actividades divertidas y educativas para estimular la parte del cerebro del niño que juega y aprende. Los terapeutas ocupacionales usan juguetes cuando trabajan en las habilidades motoras finas para que los niños puedan practicar agarrar y soltar, por ejemplo, y la coordinación ocular suele ser también un objetivo; este tipo de coordinación es la responsable de permitir que los niños se involucren en actividades como lanzar una pelota a un objetivo, golpear una pelota con un bate o copiar palabras escritas en una pizarra.
Énfasis en la familia
Aunque el niño afectado es casi siempre el foco principal, muchos programas también buscan formas de incorporar a los padres y hermanos en los planes de atención y rehabilitación. Los terapeutas con frecuencia ofrecen orientación a los miembros de la familia sobre métodos seguros y efectivos para cuidar a su hijo, y también pueden comunicarse con los médicos y maestros del niño para garantizar un tratamiento adecuado. De esta manera, el consejero actúa como una especie de enlace y defensor que presiona por una atención constante en todo el espacio social y familiar.
Consideraciones especiales para el autismo
Para los niños con autismo, la terapia ocupacional a menudo se basa en los sentidos y les ayuda a integrar sus sistemas sensoriales en el entorno. La terapia trabaja para iniciar y mantener el juego con un propósito y la interacción con los demás. La terapia ocupacional para niños con autismo puede incluir columpios, caricias profundas y masajes. Por lo general, también aborda técnicas de manejo de la ira, como escribir sobre los sentimientos o participar en actividades físicas en lugar de comportarse mal o golpear a los demás.