¿Qué sucede después de la ablación?

Una ablación es un procedimiento durante el cual se identifica y destruye el tejido ofensivo. Si bien las ablaciones se pueden realizar en varias áreas del cuerpo, el sitio de ablación más común es el corazón. Las ablaciones con catéter se utilizan para corregir varios problemas de frecuencia cardíaca, incluida la taquicardia supraventricular y la fibrilación auricular. Después de la ablación, se toman medidas para proteger el sitio de entrada. El paciente recibe instrucciones sobre cuándo puede esperar volver a los niveles normales de actividad.

Las ablaciones cardíacas se realizan entrando en la arteria principal de la pierna, el brazo o el cuello. Las líneas de catéter se introducen lentamente a través de la arteria hasta que llegan al sitio objetivo. En este punto, se desencadena el problema de la frecuencia cardíaca y se destruye el tejido que desencadena los impulsos eléctricos que fallan.

Se requiere que el paciente permanezca quieto entre cuatro y seis horas después de la ablación. Durante este tiempo, se aplica presión en el sitio de entrada para detener el sangrado y comenzar el proceso de curación de la arteria. Se esperan moretones y pueden ser extensos. La monitorización cardíaca se realiza durante las cuatro a seis horas posteriores a la ablación.

Los pacientes informan sentirse cansados ​​durante unos días después de la ablación. Además, los dolores de pecho son comunes y esperados. Hasta tres meses después de la ablación, los pacientes a menudo experimentan palpitaciones, latidos cardíacos saltados y síntomas de fibrilación auricular o ritmo cardíaco anormal. Estos deberían eliminarse por sí mismos en unos 90 días.

El cardiólogo suele recetar medicamentos anticoagulantes después de la ablación. Estos medicamentos previenen la formación de coágulos de sangre. El paciente debe esperar tomar dichos medicamentos durante tres a seis meses después de la ablación. En ese momento se realizan pruebas específicas para determinar si los anticoagulantes deben continuar o suspenderse.

La ablación endometrial es otro tipo de ablación. Usado para destruir el revestimiento del útero, generalmente se hace para reducir el flujo sanguíneo menstrual. Es un procedimiento médico ambulatorio. Después de la ablación, la paciente puede experimentar calambres, flujo vaginal acuoso o teñido de sangre y náuseas. La recuperación tarda aproximadamente dos semanas.
Las instrucciones comunes que se dan a los pacientes de ablación, independientemente del lugar de la ablación, incluyen no levantar nada que supere unas pocas libras y evitar los baños hasta que el médico lo autorice. Además, deben mantenerse las citas de seguimiento. Las ablaciones son procedimientos médicos que se realizan comúnmente con bajo riesgo. Los pacientes deben comunicarse con su médico si surgen síntomas inusuales o inesperados después de sus ablaciones.