Lo más importante a considerar al tratar de tratar una rodilla torcida es decidir la extensión del daño. Una rodilla torcida también se conoce como rodilla torcida o torcida. La rodilla es una articulación importante que une el fémur al hueso de la espinilla a través de una serie de tendones y ligamentos. Las rodillas torcidas son bastante comunes y pueden ocurrir a cualquier edad o nivel de actividad física.
Para determinar la extensión del daño, se pueden realizar tres pruebas sencillas. Primero, sienta la rodilla con las manos. La rodilla debe sentirse fría al tacto, pero ligeramente sensible. Siéntese, mueva la pierna hacia arriba y hacia abajo, y luego muévala de izquierda a derecha. Si la pierna puede moverse en todo el rango de movimiento, pero le duele un poco, probablemente se trate de una rodilla torcida.
Si la rodilla está caliente al tacto, visiblemente hinchada, magullada, descolorida e incapaz de soportar peso, vaya al médico o clínica médica. Aplique una bolsa de hielo para reducir la hinchazón, pero comprenda que esta es una medida temporal para aumentar su comodidad y no un tratamiento. No espere a ver si la rodilla mejora, ya que el calor y la hinchazón es un indicador de un daño más profundo.
Para tratar una rodilla torcida, hay tres cosas que debe hacer lo antes posible después de que ocurra la lesión: descansar, colocar hielo y elevar. Evite poner peso o presión sobre la rodilla usando muletas o un bastón al caminar. Aplique una compresa de hielo durante 30 minutos al menos tres veces al día. Cuando esté sentado, eleve la rodilla utilizando un taburete o una silla para mantener la rodilla erguida. Evite mantenerla demasiado recta, ya que esto puede tensar la articulación y hacer que la rodilla se sienta rígida.
El plan de tratamiento de tres pasos debe seguirse durante no más de cinco días. Si la rodilla torcida todavía está adolorida después de cinco días, es mejor consultar a un médico. Puede que haya algo más mal en la rodilla. Una vez que la rodilla ya no duele, normalmente se prescriben ejercicios de fortalecimiento para fortalecer los tendones y reducir la posibilidad de lesiones repetidas.
El primer ejercicio para fortalecer una rodilla torcida es agregar una bolsa de pesas al tobillo y levantar el pie hacia arriba mientras está sentado. Repita este ejercicio 15 veces al menos tres veces al día. Alterne este ejercicio con un movimiento de barrido moviendo el pie de izquierda a derecha. Estos dos ejercicios juntos fortalecerán los tendones de soporte primarios de la rodilla.