¿Cuáles son los diferentes tipos de tratamientos para cálculos de amígdalas?

Los cálculos de amígdalas, también llamados amigdalolitos, son típicamente calcificaciones inofensivas que pueden desarrollarse en una o ambas amígdalas. Hay varios tipos diferentes de tratamientos de cálculos de amígdalas disponibles, y la elección del método de tratamiento adecuado o la combinación de tratamientos depende de los síntomas presentes, así como de encontrar el tipo de remedio que funcione mejor de forma individual. Algunos tratamientos comunes de cálculos de amígdalas incluyen monitoreo periódico, gárgaras con agua salada y extracción domiciliaria. En algunos casos, los antibióticos pueden ser útiles para tratar los amigdalolitos. La intervención quirúrgica puede ser necesaria, especialmente si los cálculos se agrandan o causan muchos síntomas incómodos.

Los tratamientos de cálculos de amígdalas no siempre son necesarios. Si no se presentan síntomas molestos, no es necesario tratar el cálculo. La monitorización periódica para detectar un aumento de tamaño o el desarrollo de síntomas es generalmente el único curso de acción recomendado en esta situación.

Hacer gárgaras con agua salada se considera uno de los tratamientos de cálculos de amígdalas más exitosos disponibles, especialmente cuando esta condición causa dolor de garganta. La amigdalitis, una inflamación de las amígdalas, suele acompañar a los cálculos de amígdalas. Este método de tratamiento puede ayudar a aliviar parte del dolor y la incomodidad asociados con esta afección.

La remoción en el hogar es uno de los posibles tratamientos disponibles para cálculos de amígdalas, aunque se debe tener extrema precaución al emplear esta técnica. Los hisopos de algodón son probablemente los utensilios más seguros para usar en un esfuerzo por eliminar estas piedras. Es importante evitar dañar los delicados tejidos de la boca. Por esta razón, generalmente es aconsejable consultar a un médico antes de intentar este tipo de procedimiento en casa.

Los tratamientos de cálculos de amígdalas a veces pueden implicar el uso de antibióticos recetados. Si bien algunos pacientes informan una mejoría de los síntomas cuando toman antibióticos, es importante saber que los antibióticos no curarán la causa subyacente de los cálculos de las amígdalas. Como este tipo de método de tratamiento es un poco impredecible, a menudo se recomienda que el paciente intente otros métodos de tratamiento mientras toma los antibióticos.

En algunos casos, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para extraer los cálculos de las amígdalas. Esto es particularmente cierto si los síntomas son graves o si los cálculos aumentan de tamaño. También se puede considerar la cirugía si otros tratamientos de cálculos de amígdalas no han tenido éxito. La extirpación quirúrgica de los cálculos de las amígdalas suele ser un procedimiento ambulatorio sencillo. En algunos casos, puede ser necesaria la anestesia general, aunque a menudo se usa un anestésico local en su lugar.