Una transferencia de grasa autóloga es un procedimiento cosmético que implica la transferencia de células grasas de una parte del cuerpo a otra. Autólogo es un término que se usa en relación con las células, la sangre y los tejidos que significa haber sido recolectados y trasplantados en el mismo individuo. El propósito de una transferencia de grasa autóloga es aumentar la grasa subcutánea en áreas específicas del cuerpo. Los pacientes a menudo deciden someterse a este procedimiento para aumentar su atractivo físico mientras mantienen una apariencia natural. Al igual que con otros procedimientos médicos, los pacientes deben conocer los efectos secundarios de una transferencia de grasa autóloga antes de elegir este tratamiento.
Antes de una transferencia de grasa autóloga, las células de grasa deben recolectarse cuidadosamente del paciente. Para hacer esto, un cirujano generalmente extraerá células autólogas con una jeringa o mediante su método de liposucción preferido. Algunos cirujanos también optan por extirpar quirúrgicamente los tejidos autólogos del cuerpo. Las áreas más comunes del cuerpo de las que se extrae grasa son la parte interna de los muslos, la parte inferior del estómago y la parte interna de las rodillas. Una vez recolectada la grasa, se preparará e inyectará en la zona elegida.
Las transferencias de grasa autólogas se realizan con mayor frecuencia en la cara, los senos, las nalgas y las manos. Estos procedimientos generalmente se realizan para agrandar un área del cuerpo, eliminar arrugas o darle a la piel una apariencia más juvenil. Las transferencias de grasa también se realizan en pacientes que requieren reconstrucción. Por ejemplo, después de una mastectomía, una paciente con cáncer de mama puede recibir transferencias de grasa para restaurar el aspecto de sus senos. En la mayoría de los casos, las transferencias de grasa autólogas se eligen sobre otros materiales e implantes inyectables para mantener una apariencia natural.
Dependiendo del área del cuerpo agrandada, es posible que se requiera que los pacientes usen una prenda de compresión durante varias semanas después de obtener una transferencia de grasa autóloga. Durante este tiempo, los pacientes pueden experimentar hematomas, dolor y enrojecimiento. La mayoría de los pacientes también experimentan cierto grado de hinchazón. Esto no solo se debe a la irritación, sino también a que la mayoría de los cirujanos implantan grasa adicional para compensar la absorción futura.
Además de los efectos secundarios normales del procedimiento, existen varios efectos secundarios más peligrosos que los pacientes pueden experimentar. En algunos casos, los pacientes han sufrido infecciones, quistes, hemotomas, daño nervioso y acumulación de líquido. La grasa transferida también puede volverse dura y grumosa. En algunos casos, esto sucede porque las células grasas han muerto durante la transferencia y no se han reabsorbido en el cuerpo. Si esto ocurre, el paciente puede experimentar dolor y requerir cirugía adicional.
Otra cosa importante que deben comprender los pacientes es que los resultados de una transferencia de grasa autóloga no son permanentes. Después de una transferencia de grasa, los pacientes generalmente notarán resultados durante seis meses a ocho años. Los resultados varían según el nivel de habilidad del cirujano, la salud del paciente y el área del cuerpo que recibe la transferencia.