¿Qué es una septoplastia?

La septoplastia es un procedimiento quirúrgico que ayuda a realinear un tabique torcido. El tabique, que es la porción ósea que separa las dos fosas nasales, puede estar torcido debido a algún tipo de malformación del cartílago y del propio hueso. Esta condición afecta negativamente la capacidad de respirar por la nariz. Una septoplastia nasal simple puede enderezar el hueso y reparar el cartílago, permitiendo un flujo normal de aire a través de las fosas nasales.

Dependiendo de la gravedad de la malformación, el ángulo del tabique puede dificultar la respiración a través de una o ambas fosas nasales. En la mayoría de los casos, la desviación del tabique bloqueará más o menos una cavidad nasal y tendrá poco o ningún efecto sobre la función de la otra fosa nasal. Sin embargo, incluso la obstrucción de una fosa nasal puede provocar varios tipos de problemas de los senos nasales, incluido el desarrollo de dolores de cabeza sinusales. La septoplastia ayuda a corregir esta situación y permite al paciente vivir sin las constantes molestias que provoca esta condición.

Una septoplastia básica implicará la administración de anestesia local o general, para evitar que el paciente experimente dolor durante el procedimiento quirúrgico. El cirujano trabajará a través de las fosas nasales mismas, generalmente comenzando haciendo una pequeña incisión en el tabique que permite acceder al cartílago y comenzar las reparaciones. Se tiene cuidado de eliminar gradualmente el exceso de hueso y cartílago, hasta que se determine que el tabique está alineado correctamente. Como último paso del proceso, el tabique reparado se estabiliza mediante tubos y, por lo general, una férula de algún tipo. Se sutura la incisión y se venda la nariz con una gasa ligera.

Los primeros días después de una septoplastia pueden ser extremadamente incómodos. Es muy normal que haya mucha hinchazón y hematomas. La gasa debe cambiarse con frecuencia, al igual que cualquier taponamiento que pueda estar presente en la nariz durante el período de recuperación. Después de un par de días, la hinchazón comienza a disminuir y la filtración de sangre también comienza a disminuir. Al tercer o cuarto día, a menudo es posible quitar la gasa y cualquier vendaje.

En esta coyuntura, se puede administrar una solución salina, lo que permite determinar la tasa de éxito de la septoplastia. Idealmente, el paciente ahora podrá respirar por ambas fosas nasales con poca o ninguna angustia. Dentro de las dos semanas posteriores a la cirugía, toda la hinchazón y los hematomas deben desaparecer, la incisión debe estar completamente curada y el paciente debe poder respirar y sonarse la nariz sin ningún problema.

Si bien la recuperación de la septoplastia puede ser incómoda, los pacientes tienden a informar que la incomodidad durante varios días después de la cirugía es menos angustiosa que los dolores de cabeza y la sensación general de congestión que es común con la desviación del tabique. A medida que continúa la curación, el paciente nota una ausencia cada vez mayor de dolores de cabeza y congestión. La capacidad de respirar normalmente y no experimentar problemas constantes de los senos nasales compensa con creces el dolor del período de recuperación.