¿Es seguro combinar metadona y benzodiazepinas?

La combinación de metadona y benzodiazepinas generalmente no es segura, porque las drogas pueden interactuar fatalmente. Ambos tienen efectos sedantes sobre el sistema nervioso central, lo que puede provocar dificultad para respirar y deterioro cognitivo. En algunos casos, esto puede ser mortal si el paciente no recibe el tratamiento adecuado. Los pacientes en tratamiento farmacológico que utilizan metadona como parte de su recuperación y que también experimentan ansiedad pueden necesitar buscar alternativas a las benzodiazepinas para mantenerse seguros. Los profesionales médicos pueden considerar la terapia con benzodiazepinas si otras opciones de tratamiento no son efectivas, en cuyo caso el paciente debe ser supervisado cuidadosamente.

La metadona es un medicamento opioide que se utiliza en programas de tratamiento del dolor y de medicamentos. Las benzodiazepinas actúan sobre el sistema nervioso central para tratar los síntomas de ansiedad y estrés, y se recomiendan ampliamente en muchas regiones del mundo. La combinación de metadona y benzodiazepinas está desaconsejada en muchas guías de práctica clínica, respaldadas por numerosos estudios científicos que muestran un mayor riesgo de complicaciones graves y fatales para los pacientes que toman ambos medicamentos.

Las preocupaciones sobre las malas interacciones en los pacientes que toman metadona y benzodiazepinas se deben al hecho de que la doble depresión del sistema nervioso central puede representar un riesgo grave. Es más probable que el uso de benzodiazepinas provoque la obstrucción de las vías respiratorias, lo que puede ser un problema cuando un paciente comienza a respirar más lenta e irregularmente como resultado de una depresión severa del sistema nervioso central. Los pacientes también pueden desarrollar síntomas como dificultad para hablar, confusión, mareos y pérdida del conocimiento. Esto puede representar un riesgo especialmente alto para los pacientes que toman grandes dosis de uno o ambos medicamentos.

El análisis de las muertes entre los pacientes que usan metadona indica que las benzodiazepinas pueden ser un factor significativo. Por esta razón, los proveedores pueden ser reacios a recomendar la metadona y las benzodiazepinas juntas. Las personas que usan estos medicamentos sin supervisión médica deben asegurarse de que los proveedores lo conozcan si buscan tratamiento médico para síntomas como deterioro neurológico. Los proveedores médicos necesitan esta información para poder identificar una interacción y tratar al paciente de manera adecuada.

Algunos pacientes que toman metadona pueden hablar sobre la ansiedad y el estrés con los proveedores médicos que supervisan su atención. Se encuentran disponibles tratamientos como terapia, otros medicamentos y meditación. Si estos no son efectivos y el paciente continúa experimentando angustia que interfiere con las tareas de la vida diaria, el proveedor puede considerar las benzodiazepinas. Las preocupaciones sobre las complicaciones pueden llevar al proveedor a recomendar una dosis muy baja junto con un control constante, que puede incluir análisis de sangre, citas de control regulares y otras medidas para detectar las complicaciones causadas por la metadona y las benzodiazepinas de manera temprana.