La forma más rápida de curar una uña encarnada es remojar el pie afectado en agua tibia para aflojar y limpiar la piel circundante. Después de remojar el pie y secarlo por completo, se debe aplicar un ungüento antibiótico en el área. A veces, para curar una uña encarnada, es necesario tomar un antibiótico por vía oral. Si una pomada antibiótica tópica no es eficaz para curar la infección, el médico puede recomendar un antibiótico oral.
En algunos casos, la cirugía de uñas encarnadas está justificada cuando las medidas conservadoras no funcionan para curar una uña encarnada. Este procedimiento generalmente se realiza como un procedimiento en el consultorio, bajo anestesia local. Después del procedimiento, se aplica un ungüento antibiótico y se usa un apósito estéril para cubrir el sitio quirúrgico. Por lo general, no se requieren puntos de sutura y el área quirúrgica cicatriza rápidamente.
Cuando una uña encarnada comienza a mostrar signos de mayor enrojecimiento e hinchazón, o si el paciente experimenta síntomas como fiebre y escalofríos, el médico debe notificarlo. En estos casos, puede haber una infección persistente y se podría recomendar un cambio en el plan de tratamiento. Aunque un médico general tiene la experiencia para curar una uña encarnada, un podólogo o médico de los pies es un especialista en afecciones del pie y podría ofrecer diferentes opciones de tratamiento.
Algunas personas son propensas a tener uñas encarnadas. Los corredores, por ejemplo, ejercen una presión constante sobre los pies y los dedos de los pies, lo que los predispone a lesiones y uñas encarnadas. Cuando el tejido alrededor de la uña se inflama o se lesiona, es más probable que se produzca una uña encarnada. Para curar una uña encarnada y al mismo tiempo mantener un horario de carrera, las personas deben asegurarse de no usar zapatos para correr que no le queden bien y tratar de minimizar el impacto en el área afectada manteniéndola cubierta y bien acolchada.
Las uñas encarnadas pueden ser especialmente preocupantes para las personas que tienen diabetes. La circulación se reduce en los diabéticos, lo que hace que las heridas y el daño tisular tarden en sanar. Los diabéticos necesitan ver a un médico al primer signo de malestar para que se puedan tomar medidas para curar una uña encarnada antes de que se produzca una infección o daño tisular. Además, los pacientes diabéticos no deben intentar cortarse las uñas de los pies. Deben ver a un podólogo con regularidad que pueda cortar adecuadamente las uñas de los pies, minimizando el riesgo de una uña encarnada. Luego, si se produce una uña encarnada, el podólogo puede diagnosticarla rápidamente y comenzar el tratamiento.