Hay varios pros y contras que se deben considerar al elegir la quimioterapia como tratamiento para el cáncer de pulmón. La quimioterapia puede ayudar a garantizar que todo el cáncer se destruya cuando se usa junto con otros tratamientos, como cirugía y radiación, o puede ayudar a reducir el tamaño de un tumor en preparación para otros tratamientos. También puede mejorar la calidad de vida de los pacientes cuyo cáncer es incurable, incluso si no es una cura. Sin embargo, la quimioterapia para el cáncer de pulmón puede tener algunos efectos secundarios graves, como náuseas, vómitos y fatiga. También puede hacer que los pacientes sean más susceptibles a otras infecciones al reducir su función inmunológica.
Una de las ventajas de la quimioterapia para el cáncer de pulmón es su capacidad para ayudar a garantizar que todas las células cancerosas desaparezcan cuando se usa con otras opciones de tratamiento. La quimioterapia es un tratamiento sistémico que ataca las células cancerosas dondequiera que existan en el cuerpo. Por lo tanto, es muy útil cuando se combina con cirugía o radiación, que son tratamientos dirigidos que solo abordan el cáncer en un lugar específico. La quimioterapia se puede utilizar para hacer un seguimiento y atacar las células cancerosas que pueden haberse pasado por alto o se han diseminado. También puede reducir el tamaño de un tumor en los pulmones, lo que facilita su extirpación por completo con cirugía o su destrucción con radiación.
Para algunos pacientes, la quimioterapia para el cáncer de pulmón no es una cura, ya que la enfermedad puede estar demasiado avanzada. Sin embargo, puede aumentar la longevidad y mejorar sus vidas. El dolor y otros síntomas pueden reducirse cuando estos pacientes reciben este tratamiento, por ejemplo. Los pacientes también han demostrado pasar menos tiempo en el hospital durante el curso de su enfermedad mientras reciben quimioterapia.
Los efectos secundarios negativos que puede causar la quimioterapia para el cáncer de pulmón son una de las desventajas de usarla para el tratamiento. Los efectos pueden variar según la persona y el tipo de fármaco que se administre, pero para algunas personas pueden ser graves. Algunos pacientes perderán su cabello, ya que los medicamentos de quimioterapia pueden atacar las células de los folículos pilosos. Las náuseas y los vómitos también son bastante comunes y algunos pacientes desarrollan llagas en la boca. La anemia y la fatiga también pueden ocurrir debido a la disminución del recuento de células sanguíneas.
La quimioterapia a menudo disminuye la capacidad del cuerpo para producir glóbulos blancos a partir de la médula ósea, lo que puede afectar la función inmunológica. Esto puede poner a los pacientes en riesgo de contraer infecciones secundarias. Enfrentar enfermedades adicionales mientras se lucha contra el cáncer de pulmón puede hacer que la situación sea aún más difícil de soportar.