El cuerpo normalmente mantiene un cierto nivel de hormonas corticosteroides naturales. Estas hormonas son producidas por las glándulas suprarrenales y tienen muchas funciones esenciales, incluida la regulación de la respuesta inmunitaria y la reducción de la inflamación. Cuando los niveles de corticosteroides bajan demasiado o cuando se desarrolla una inflamación grave, un médico puede recetarle una inyección de betametasona. Este medicamento es un corticosteroide sintético.
Aunque la betametasona y otros corticosteroides pueden denominarse simplemente esteroides, difieren de los esteroides anabólicos que se utilizan para aumentar la masa muscular y mejorar la capacidad atlética. Los esteroides anabólicos son similares a los andrógenos u hormonas masculinas. Los corticosteroides, por el contrario, son similares a la hormona cortisol.
Una inyección de betametasona puede contener fosfato sódico de betametasona solo o en combinación con acetato de betametasona. Ambos son polvos blancos inodoros que tienen diferentes niveles de solubilidad en varios tipos de fluidos. El fosfato sódico de betametasona es muy soluble en agua, por lo que actúa rápidamente. El corticosteroide acetato de betametasona es solo ligeramente soluble en agua, por lo que proporciona una eficacia más duradera.
Los niveles de corticosteroides naturales pueden volverse demasiado bajos debido a diversas condiciones de salud. Las personas que tienen la enfermedad de Addison y aquellas a las que se les extirparon las glándulas suprarrenales, por ejemplo, toman medicamentos para mantener niveles adecuados de corticosteroides. En estas personas, podría producirse una caída significativa y repentina de los niveles de corticosteroides durante el estrés causado por una lesión, una infección o un trauma psicológico. La caída de los niveles de corticosteroides puede provocar un shock y poner en peligro la vida. Una inyección de betametasona puede devolver rápidamente los niveles de corticosteroides a la normalidad.
Las hormonas corticosteroides también controlan la inflamación. Una inyección de betametasona ayuda a reducir la inflamación grave en trastornos autoinmunitarios como la artritis reumatoide, la colitis ulcerosa, el lupus y la esclerosis múltiple. Además, estas inyecciones son útiles para tratar enfermedades graves de la piel como el síndrome de Stevens-Johnson y afecciones que causan inflamación ocular. Una inyección de betametasona puede resolver un ataque de asma grave o una reacción alérgica grave que causa una dificultad para respirar grave.
A veces, los médicos inyectan betametasona en un área específica de tejido inflamado. El tratamiento reduce la inflamación causada por afecciones como bursitis, codo de tenista, tendinitis y tenosinovitis, que implica la inflamación de la vaina que rodea un tendón. La reducción de esta inflamación disminuye el dolor y permite un mejor funcionamiento del área afectada.
Los pacientes generalmente reciben una inyección de betametasona en un entorno médico, pero algunos se toman sus propias inyecciones en casa. Las personas que reciben este medicamento, especialmente de forma regular, deben ser conscientes de los muchos efectos secundarios posibles asociados con este poderoso medicamento. Los ejemplos incluyen una resistencia debilitada a las infecciones, cambios en el apetito, retención de líquidos y una cara redondeada. Las inyecciones también tienen interacciones negativas con muchos otros medicamentos, y ciertas condiciones de salud hacen que no sea aconsejable tomar este corticosteroide.