¿Cómo se utilizan los imanes para mejorar la salud?

La magnetoterapia es una forma de medicina alternativa que se practica en Oriente desde hace más de un siglo. Algunas civilizaciones antiguas, incluidos los egipcios, los indios y los griegos, usaban imanes como parte de los amuletos y para promover la autocuración. Según la teoría, se pueden aplicar a ciertas partes del cuerpo para aliviar el dolor, reducir la inflamación y ayudar al cuerpo a recuperarse de las lesiones. Cuando se aplican cerca o contra la piel, los imanes teóricamente también pueden ayudar con la relajación muscular y la retención de líquidos.

Si bien existe mucha controversia en torno al uso de imanes, algunas investigaciones preliminares indican que pueden ser beneficiosos para tratar el dolor de espalda crónico, la fibromialgia y el dolor de la artritis reumatoide. Dado que se supone que los imanes funcionan emitiendo un campo magnético que afecta al cuerpo a nivel celular, algunos médicos los utilizan para acelerar la curación de huesos fracturados. Los críticos de la magnetoterapia afirman que la falta de investigación en el tema muestra que no hay pruebas reales de que sea un medio de tratamiento útil.

Los imanes más pequeños que se utilizan son los incorporados en joyas, plantillas para zapatos y muñequeras. Los juegos más grandes se pueden tejer en colchones o almohadillas de masaje. Además de ayudar con los dolores, se dice que mejoran la circulación y ayudan con el insomnio, por lo que se usan ampliamente en almohadillas y almohadillas para dormir. Algunas empresas están vendiendo collares magnéticos para perros y gatos para animales que padecen artritis y dolor en las articulaciones.

Los imanes no deben ser utilizados por nadie que tenga implantado un marcapasos o una bomba de insulina. Los médicos también recomiendan que las mujeres embarazadas los eviten, ya que pueden influir en el flujo sanguíneo y la coagulación. Las personas con afecciones médicas graves no deben usar imanes como único método de tratamiento.

Para aquellos que deseen probar los efectos sobre la salud de los imanes, puede ser conveniente consultar a un terapeuta magnético, que esté capacitado para saber dónde colocarlos exactamente y qué fuerza usar para diferentes condiciones. Si alguien no está seguro de qué esperar, debe consultar a un médico.