El remate de tres agujas es una técnica de tejido para rematar o terminar dos piezas juntas de modo que se cree una costura entre ellas. Esta técnica se puede utilizar con cualquier tipo de proyecto de lana o tejido, siempre que las dos piezas que se unen sean del mismo calibre. El remate de tres agujas se usa comúnmente en los hombros de suéteres, sombreros y otras piezas de punto que a menudo soportan más tensión que otras costuras.
Si bien es algo complejo de aprender y aún más difícil de explicar, el remate de tres agujas es una excelente herramienta de tejer, lo que hace que las costuras terminen bien y una prenda más fuerte en general. Si bien el remate de tres agujas es más laborioso que otros métodos, el esfuerzo da como resultado una prenda de mayor calidad y bien vale la pena. El remate de tres agujas intimida a algunos tejedores, pero una vez aprendido, es divertido y fácil.
Cualquier proyecto de tejido eventualmente debe terminarse de tal manera que no se deshaga con el uso. Hay una serie de cierres convencionales diseñados para un solo panel tejido que dan como resultado un borde tejido suavemente que no se deshilacha ni parece desigual. Con una prenda como un suéter, algunos tejedores prefieren tejer todas las piezas individualmente, uniendo los bordes a medida que avanzan y luego cosiéndolos al final del proyecto. Este método es perfectamente aceptable, aunque puede resultar en agujeros prematuros en la prenda. El remate de tres agujas es muy preferido para prendas que están destinadas a usarse con frecuencia.
Con un método de remate convencional, la tejedora teje dos puntos y luego desliza uno sobre el otro, dejando un punto en la aguja. Luego se teje otro punto, y el punto anterior se desliza sobre ese, y así sucesivamente hasta el final de la pieza, cuando la cola del hilo pasa por el punto final. El resultado es una línea ordenada de puntadas rematadas que no se pueden deformar, y el método es muy eficaz para bufandas y prendas sencillas para las que no es necesario unir.
Para realizar un remate de tres agujas, el tejedor toma las dos piezas que se van a unir mientras aún están en la aguja, y las une con los lados derechos mirando, de modo que el tejedor esté trabajando el revés de la prenda. Las dos piezas pueden estar en dos agujas rectas o juntas en una aguja circular, dependiendo de cuál sea más fácil de manejar. Se requiere una tercera aguja del mismo tamaño para rematar con tres agujas, aunque puede ser de una o dos puntas.
Con la tercera aguja, el tejedor toma un punto de cada aguja y los teje como si estuviera tejiendo dos juntos, un punto de tejido común, y luego repite el proceso, dejando dos puntos en la tercera aguja. El primer punto se coloca sobre el segundo, el tejedor recoge dos puntos más y el proceso se repite hasta el final de la unión. Cuando se gira del lado derecho hacia afuera, el resultado es una costura suave y uniforme que será difícil de dañar o desenredar y quedará suavemente sobre el usuario con un mínimo de grumos o rasguños.