La jardinería orgánica se refiere a técnicas de jardinería que no utilizan pesticidas químicos, fertilizantes u otros aditivos. En cambio, la jardinería orgánica se basa en medios derivados de plantas para controlar las plagas y modificar el suelo para una producción óptima. En lugar de usar fertilizantes con aditivos químicos, por ejemplo, alguien interesado en la jardinería orgánica usaría abono o estiércol de animales criados orgánicamente para mejorar la condición de su suelo. La principal diferencia entre la jardinería orgánica y los métodos más convencionales está en el control de plagas. Mientras que los jardineros convencionales usan todo tipo de pesticidas para controlar insectos, larvas y otros indeseables en el jardín, los jardineros orgánicos usan métodos naturales.
Los brebajes de pimienta de cayena, ajo y cebolla se utilizan a menudo en la jardinería orgánica para protegerse de plagas no deseadas. El piretro, un insecticida elaborado a partir de compuestos que se encuentran en un crisantemo africano, es eficaz para controlar áfidos y ácaros. El jabón insecticida, o incluso el simple jabón viejo y el agua rociada sobre las plantas, también pueden controlar los insectos. Algunos jardineros orgánicos prefieren eliminar las plagas a mano del jardín o usar insectos beneficiosos como las mariquitas y las crisopas verdes para comer esos insectos que no son bienvenidos en el jardín.
Algunas personas eligen la jardinería orgánica porque no les gusta la idea de agregar productos químicos potencialmente nocivos para la salud del planeta. Otros prefieren los métodos orgánicos porque desean proteger a los niños o las mascotas de los pesticidas, o porque quieren la libertad de poder comer productos agrícolas de forma segura directamente del jardín. Los métodos de jardinería orgánica apoyan al planeta al mejorar el suelo, lo que puede ayudar a las plantas a crecer más saludables y producir más frutas. Agregar materia orgánica al suelo hace que todo el jardín sea más saludable, en lugar de agregar fertilizantes químicos a las plantas individuales, que pueden quemar las plantas si no se aplican con cuidado.
Simplemente esparcir una pulgada o dos de abono o estiércol animal bien podrido en su huerto y cavarlo en la tierra es todo lo que necesitará fertilizar para cultivar un huerto orgánico. También puede usar fertilizante líquido hecho de algas marinas para darle a las plantas un impulso adicional de nutrientes si es necesario.
Otro sello distintivo de la jardinería orgánica es la plantación complementaria. Plantar ciertas plantas juntas puede ser beneficioso. El ejemplo clásico de la siembra complementaria son las “tres hermanas”, maíz, calabaza y frijoles, que tradicionalmente los iroqueses plantaban juntos. El nitrógeno de los frijoles mejora el suelo para el maíz, que sirve como poste para que crezcan los frijoles. La calabaza crece cerca del suelo, proporcionando sombra a las raíces de las otras plantas, reteniendo el agua y evitando las malas hierbas.
Otras combinaciones de plantas de jardinería orgánica pueden prevenir plagas, como plantar capuchinas, una flor comestible, con sus pepinos para evitar que los escarabajos del pepino se instalen. Los rábanos se pueden plantar con verduras de hoja verde para alejar a los insectos que comen hojas de las verduras que desea comer. La jardinería orgánica es una forma sencilla de asegurarse de que está cultivando productos de la más alta calidad de una manera sostenible que es saludable para las plantas y el planeta.