Eficiencia energética es un término simple que se utiliza para identificar cualquier aparato o herramienta que se pueda emplear para reducir la cantidad de energía necesaria para operar maquinaria o que requiera menos calefacción o refrigeración dentro de una casa u otro edificio. Los fabricantes y minoristas a menudo anuncian electrodomésticos de bajo consumo que ahorrarán energía y, por lo tanto, ahorrarán al consumidor una gran cantidad de dinero en costos de servicios públicos. Este enfoque puede resultar atractivo para los consumidores, ya que se puede considerar que la cantidad reducida de consumo de energía ayuda a aprovechar al máximo los recursos del mundo. Un segundo beneficio es que los ahorros en los costos de servicios públicos dan como resultado un dinero extra en el presupuesto que se puede aplicar a otras obligaciones o ahorrar para una actividad como unas vacaciones familiares.
La industria de la construcción también puede intentar hacer que los productos sean más eficientes desde el punto de vista energético mediante el uso de métodos y materiales de construcción que den como resultado hogares y edificios públicos que funcionen de manera más eficiente. Esto a menudo implica elegir el sistema de calefacción y refrigeración adecuado, así como utilizar un aislamiento adecuado y asegurarse de que la construcción alrededor de las ventanas y puertas esté sellada correctamente, por lo que se requiere menos energía para calentar y enfriar el espacio interior.
La mayoría de los países tienen algún tipo de criterios que deben cumplirse para que una casa o un electrodoméstico se consideren energéticamente eficientes. En los Estados Unidos, los electrodomésticos deben generar al menos una reducción del 10% en el uso de energía en comparación con el estándar actual de la industria para un producto similar. Otros países tienen pautas similares o requieren un porcentaje más alto de reducción de energía antes de que el aparato pueda realmente considerarse eficiente. Además de los criterios gubernamentales, muchos fabricantes también establecen estándares que exceden los requisitos mínimos establecidos por varias naciones.
El concepto ha ganado mucha atención en las últimas décadas. Muchos productos, como el aislamiento, las ventanas de doble panel e incluso las cortinas, a veces se promocionan como tontos útiles para hacer que la energía en el hogar sea más eficiente. Los consumidores suelen comprar electrodomésticos de cocina que requieren menos electricidad o gas natural y, al mismo tiempo, ofrecen el mismo nivel de rendimiento que otros electrodomésticos. Incluso los artículos para el hogar, como televisores y aspiradoras, a veces se clasifican como que requieren menos electricidad.
En última instancia, la eficiencia energética significa simplemente cualquier producto que permita disfrutar del mismo nivel de vida consumiendo menos energía. Dado que la gente en todas partes continúa interesada en minimizar el consumo de recursos naturales para producir energía, es probable que haya métodos más nuevos y efectivos para producir bienes que utilicen la energía de manera más eficiente.