Bric-a-brac, también a veces escrito bric-à-brac, es un término antiguo para objetos decorativos u ornamentos. El término ya no se usa mucho, ya que estos artículos se denominan más a menudo coleccionables o chucherías.
La definición de baratijas ha cambiado a lo largo de los años. Durante la era victoriana, las colecciones de diversos adornos se exhibían a menudo en la casa, como en el manto, en los estantes y en los gabinetes decorativos de curiosidades. Los objetos populares de baratijas que normalmente consideramos chucherías hoy en día incluyen: jarrones pequeños, figuritas, tazas de té decorativas y otros adornos pequeños.
La principal diferencia entre los baratijas de entonces y ahora es el valor que se les atribuye. Si bien en la actualidad las chucherías se perciben como frívolas o sin valor, en la época victoriana se las consideraba valiosas y valiosas. Por ejemplo, un artículo publicado por The New York Times en 1882 define las baratijas como «objetos de arte». La definición va seguida de descripciones de varias colecciones de antigüedades muy valiosas.
Un estudio de la base francesa del término también indica cómo ha cambiado el significado. El término bric-à-brac proviene de à bric et à brac, una antigua frase francesa que significa «al azar, de cualquier manera». Este viejo dicho no tiene ninguna estimación de valor. Sin embargo, el dicho data de aproximadamente 1840 y ya no se usa comúnmente. Una frase francesa más moderna, à bric et à brac, se refiere a alguien que vende cosas sin sentido, como hardware antiguo, artículos aleatorios que no valen mucho.
Incluso si se considera que los baratijas tienen poco valor en estos días, todavía es popular para la gente coleccionarlos. Al igual que en la época victoriana, las baratijas a menudo se guardan en estantes y gabinetes. Muchas personas que coleccionan baratijas a menudo tienen gabinetes con paneles de vidrio en las puertas, llamados gabinetes de curiosidades o gabinetes de porcelana, que exhiben los adornos y los protegen del polvo.