Alojar a un estudiante de intercambio es casi siempre una experiencia divertida y emocionante para toda la familia. Sin embargo, siempre hay que hacer preparativos antes de que llegue el estudiante. ¿Qué puede hacer una familia para que un estudiante de intercambio se sienta más como en casa?
Si el estudiante de intercambio va a tener su propia habitación, la preparación debe comenzar aquí. Esta habitación será el refugio del estudiante y debe ser lo más acogedora posible. La familia debe averiguar el color favorito del estudiante y algunos accesorios preferidos. Es posible que no quieran pintar toda la habitación de azul marino, por ejemplo, pero es posible que quieran incluir accesorios azul marino como una lámpara de noche, un bote de basura o un edredón. Lo ideal es que la habitación tenga un escritorio o algún tipo de mesa de estudio y un espacio de almacenamiento adecuado, con un armario y una cómoda o cómoda. También puede ser útil comprar un espejo de cuerpo entero y montarlo en la puerta del armario.
Los padres también deben asegurarse de que, si el estudiante de intercambio tiene alguna necesidad especial, se les proporcione. Puede ser necesario instalar una rampa para sillas de ruedas o pasamanos en el baño. Un estudiante de intercambio podría incluso tener un animal de servicio, y también se debe considerar esta situación.
Una familia también debe estar preparada para que el estudiante de intercambio se enfrente a la nostalgia. La mayoría de los programas de intercambio cuentan con consejeros y otros trabajadores que están acostumbrados a lidiar con esto, y deben ser consultados lo antes posible. Una familia también debe consultar a su propio médico de cabecera, haciéndole saber que tiene un estudiante de intercambio en su casa. La mayoría de los estudiantes de intercambio tienen un seguro médico proporcionado por sus padres, pero si necesitan ir al médico mientras están fuera, se sentirán más cómodos si su familia anfitriona conoce al médico.
En la mayoría de los casos, la casa de la familia anfitriona está bien como está. Un estudiante de intercambio llega a otro país por la experiencia de vivir en ese país, y la casa de la familia anfitriona es parte de esa experiencia. La familia anfitriona debe prepararse para ser lo más acogedora, considerada y amable posible con el estudiante de intercambio.