Un jardín barroco es un tipo de jardín diseñado con formas geométricas, generalmente círculos, rectángulos y triángulos. También se puede diseñar con patrones irregulares hechos de remolinos y líneas curvas, de modo que cuando se mira el jardín desde la parte superior, puede parecer un laberinto más grande que la vida o un emblema. Los jardines barrocos suelen requerir grandes extensiones de terreno que puedan albergar sus paisajes artísticos y dramáticos.
La popularidad de los jardines barrocos se produjo en Francia a partir de los siglos XV y XVI, aunque el concepto detrás del jardín se originó en Italia durante el período del Renacimiento, cuando los campos de las ciencias y las matemáticas experimentaron un gran progreso. El principio básico detrás de un jardín barroco se atribuye enormemente a las teorías de Renée Descartes, específicamente a la teoría de que el espacio infinito se puede dividir en partes finitas. La simetría también fue un elemento importante en los jardines barrocos, pero esto no limita el diseño en tener patrones elaborados.
Otra característica de un jardín barroco son sus altos setos vegetales que le dan al jardín su diseño estructurado. Estos setos podrían alcanzar la altura de la cintura de una persona promedio, o incluso ser más altos que una persona, haciendo que los huéspedes se sientan como si estuvieran caminando por un laberinto. Encerrados en los setos podrían haber parterres de flores, estatuas o árboles de formas uniformes que le dan al jardín pequeñas explosiones de variedad en altura y formas. Los bancos y los cenadores más pequeños también se pueden colocar dentro de los setos, para darle al jardín cierta funcionalidad como lugar de reunión o como un santuario privado. A veces, las flores en sí mismas serían los setos, dando al jardín un contorno colorido entre el fondo verde de la hierba.
Por lo general, el diseño de un jardín barroco comenzaría con un punto focal en el medio del lote, generalmente enfatizado por una estructura pequeña como un mirador, una estatua enorme o una fuente ancha. Incluso se podría erigir una cascada artificial en el centro. Desde ese punto focal, el jardín se dividiría usando líneas rectas, muy parecido a cómo se corta una rebanada de pizza en partes iguales. Estas partes luego se diseñarían individualmente, pero siempre deberían tener cohesión como un todo.
Mantener un jardín barroco puede ser muy exigente, ya que los setos, macizos de flores y los árboles siempre deben tener una poda constante para mantener su forma y un riego para conservar sus colores vibrantes. Las fuentes, estanques pequeños y cascadas también deben limpiarse con regularidad. El mantenimiento de un jardín barroco no solo es un desafío, sino que también puede ser muy costoso. Solo la adquisición de estatuas y la construcción de estanques artificiales y cascadas costó mucho dinero, sin mencionar el suministro de agua para todo el jardín y la contratación de varios trabajadores para el mantenimiento del jardín. Es por eso que tener jardines barrocos durante el período barroco era un símbolo de riqueza, poder y estatus social, sin mencionar la sofisticación y el gusto elegante.