Tanbark es un producto de madera natural formado a partir de las capas exteriores del roble tanbark, un pariente cercano de la popular especie de madera dura conocida como roble verdadero. El árbol es apreciado principalmente por su abundancia de taninos, químicos orgánicos utilizados durante el proceso de curtido de pieles y cueros. Los taninos contenidos en las capas externas del roble se eliminan mecánicamente, dejando un producto de madera seca apto para mulching. En los últimos años, sin embargo, la industria del curtido ha reemplazado en gran medida estos taninos naturales por sintéticos.
Esto no ha disminuido la popularidad del tanbark gastado como cobertura del suelo en lugares como arenas de circo, pistas de caballos y parques infantiles. A menudo se coloca alrededor del equipo del patio de recreo con el propósito de absorber los impactos y mantenerlo en todo clima. Para circos y otras arenas públicas, tanbark proporciona un revestimiento de piso económico ideal para brindar tracción a los visitantes y absorción de impactos para los artistas y los animales.
Los expertos de la industria han recomendado el uso de tanbark en los patios de recreo durante años, pero estudios recientes han sugerido que otros materiales, como el caucho reciclado triturado, pueden ser igualmente efectivos. La principal preocupación no son las cualidades naturales de absorción de impactos de la corteza en sí, sino la dificultad de mantener niveles mínimos de profundidad para una máxima protección. El nivel correcto a menudo se coloca alrededor del nuevo equipo de juegos, pero eventualmente la corteza se compacta o se dispersa. Solo el reabastecimiento regular del material puede garantizar que el área de juegos cumpla con los estándares de seguridad de la industria.
Otra preocupación con el uso de la corteza de tanques es el potencial de infestación de insectos u otros contaminantes. Los productos de madera natural son objetivos atractivos para las termitas, por ejemplo, por lo que el reemplazo de rutina de la cubierta debería ser una práctica estándar para los trabajadores de mantenimiento de parques infantiles. Cuando se usa en áreas de juego, no debe tratarse en exceso con productos químicos como el arsénico, aunque puede ser necesario realizar pruebas para determinar si algún producto químico dañino se ha filtrado al suelo a partir de la cobertura del suelo tratada.