La deposición electroforética (EPD) es un método para producir recubrimientos o películas sobre objetos conductores de electricidad o, en algunos casos, crear componentes y materiales independientes mediante un proceso llamado electroforesis. Este término describe la migración de partículas cargadas eléctricamente en un líquido hacia un electrodo bajo la influencia de una corriente eléctrica. Las partículas pequeñas suspendidas en un líquido a menudo tienen una carga eléctrica positiva o negativa debido a la forma en que sus moléculas interactúan con las del medio. Si se aplica una corriente continua a través de la suspensión utilizando electrodos, las partículas se moverán hacia el electrodo con la carga opuesta. La electroforesis se usa comúnmente en análisis bioquímicos y se ha convertido en una parte importante de muchos procesos industriales.
También conocida como recubrimiento electroforético o recubrimiento electrónico, la deposición electroforética usa el objeto a recubrir como un electrodo sobre el cual se depositan partículas con carga opuesta, formando una capa. Dependiendo de si se usa el electrodo positivo o negativo, el proceso puede denominarse electrodeposición anódica o catódica, respectivamente. Donde las partículas normalmente serían eléctricamente neutras, se podría unir un compuesto a ellas para darles una carga eléctrica en suspensión. La repulsión eléctrica resultante entre las partículas también evita que se agrupen.
Este proceso tiene muchas aplicaciones, particularmente en nanotecnología y ciencia de materiales. A diferencia de la galvanoplastia, la EPD se puede utilizar para depositar una amplia gama de sustancias no metálicas, así como metales, y es un método relativamente rápido y de bajo costo para aplicar un revestimiento aislante o protector a pequeños componentes eléctricos. Sin embargo, normalmente el revestimiento tiene una resistencia eléctrica más alta que el electrodo, de modo que a medida que continúa el proceso, la corriente disminuye al aumentar la resistencia. Esto podría imponer límites a su uso.
También es posible eliminar el depósito del electrodo para formar un objeto separado. Por ejemplo, la deposición electroforética se puede emplear para depositar nanotubos de carbono suspendidos sobre un electrodo plano, formando una película delgada de nanotubos que luego se pueden desprender. Las películas de nanotubos de carbono tienen muchas aplicaciones, incluidas las células solares de película delgada, las células de combustible y las pantallas táctiles.
La deposición electroforética también permite la fabricación de nuevos tipos de material cerámico. Los materiales compuestos se pueden sintetizar utilizando una mezcla de nanopartículas en una suspensión, lo que da como resultado, por ejemplo, una resistencia mejorada o propiedades eléctricas útiles. Otra aplicación importante son los materiales clasificados funcionalmente (MGF); Es posible crear objetos compuestos por dos materiales que normalmente son incompatibles, quizás debido a diferentes tasas de expansión térmica, asegurando un gradiente constante entre los dos en lugar de un límite definido. Esto se logra variando la composición de la suspensión durante la electroforesis. Los laminados compuestos por capas alternas de diferentes materiales también se pueden fabricar simplemente cambiando entre diferentes suspensiones.