Las pinzas de plástico son herramientas simples hechas total o parcialmente de plástico que están diseñadas para ayudar a levantar o quitar objetos pequeños. Las pinzas suelen estar formadas por dos «brazos» conectados que forman una V alargada. Los brazos están tensos entre sí, y apretarlos juntos crea un agarre en una amplia gama de cosas, desde pelos y astillas hasta vasos sanguíneos, piezas mecánicas u pequeños objetos electrónicos en la medicina y la fabricación. Las pinzas de plástico suelen ser populares en entornos muy técnicos, ya que el plástico, a diferencia del metal, no realiza una carga. El material también tiende a no ser corrosivo.
Los juegos de pinzas de plástico pueden venir en una amplia gama de formas y tamaños. Suelen estar optimizados para determinados usos o disciplinas. Algunos tienen puntas afiladas refinadas, mientras que otros tienen agarres más redondeados, en forma de pinza. Mucho depende del uso previsto.
La mayoría de las pinzas cosméticas en el mercado están hechas de metal, en parte porque el metal es fácil de agarrar, pero también porque es económico de extraer y producir. En cosmética, la naturaleza del material no es realmente un problema, excepto en el caso de alergias individuales. Para muchos entornos industriales, sin embargo, el material importa enormemente. Las pinzas son indispensables para tareas donde los implementos de metal no siempre son seguros, que es donde entran en juego los modelos de plástico.
Las pinzas de plástico generalmente están hechas de compuestos totalmente estables que nunca presentan riesgos en términos de conducción de energía o riesgos para los usuarios. La mayoría de los metales conducen electricidad, lo que hace que las pinzas metálicas estándar sean una opción insegura para la reparación de componentes electrónicos y muchos de los aspectos más técnicos de la ingeniería mecánica. Las pinzas a menudo son muy útiles para quitar baterías diminutas, arreglar cables y circuitos entrelazados. Como tal, las pinzas no conductoras tienen una gran demanda en muchos aspectos de la industria y la ingeniería.
Las pinzas de plástico también son muy útiles en entornos científicos y farmacéuticos, donde las herramientas pueden agregar o eliminar objetos de soluciones corrosivas. Muchos compuestos metálicos reaccionarán a diferentes productos químicos, lo que puede dañar los experimentos, sin mencionar que dañan las pinzas. Las iteraciones de plástico suelen ser completamente estables y, por lo general, no recogerán residuos. También se pueden esterilizar fácilmente, a menudo con tan solo agua caliente. Las pinzas totalmente desechables son populares con sustancias muy tóxicas y son mucho más económicas cuando están hechas de plástico.
El término «pinzas de plástico» también se puede aplicar a las pinzas de metal que tienen empuñaduras de plástico o puntas de plástico. Estos son más comunes en entornos donde la precisión es importante, pero la conductividad o la corrosividad no son un gran problema. Muchas de las pinzas utilizadas en cirugía se ajustan a este modelo, por ejemplo. La incorporación de plástico a menudo le da al usuario un mejor agarre y, a veces, también puede promover un mayor alcance.