Una bisagra viva, a veces llamada cojinete de flexión o cojinete de flexión, es un segmento flexible de material, generalmente hecho de algún tipo de plástico, que une dos superficies rígidas. La bisagra es flexible, lo que le permite doblarse. Este tipo de bisagra se utiliza con mayor frecuencia para unir una tapa a un recipiente en un embalaje desechable.
Si bien las bisagras similares pueden estar hechas de materiales como tela o cuero, el término «bisagra viva» se aplica específicamente a las que están hechas de algún tipo de plástico. Estas bisagras suelen estar moldeadas por inyección, lo que significa que el plástico se inyecta en un molde duro y luego se retira cuando se fija. El moldeo por inyección es rápido y económico, y la cantidad de material necesario para una bisagra viva es relativamente pequeña, por lo que dichas bisagras generalmente son una opción económica.
A pesar del bajo costo, estas bisagras son inesperadamente fuertes y pueden durar mucho más de lo esperado. Las bisagras estándar generan fricción entre las partes móviles, lo que conduce al desgaste. Formadas a partir de una sola pieza de plástico, las bisagras vivas no interactúan físicamente con ninguna otra parte, por lo que no se genera fricción, lo que aumenta la vida de la bisagra.
Se utilizan diferentes tipos de plásticos para diferentes escenarios. Las resinas de polietileno y polipropileno son materiales populares, ya que tienen una baja tasa de fatiga. Esto significa que se pueden doblar muchas veces sin agrietarse ni fallar. Las bisagras que es poco probable que se flexionen más de unas pocas veces se fabrican a veces con materiales menos resistentes a la fatiga, como la resina de nailon.
Los envases desechables son el uso más común de las bisagras vivas. Estas bisagras se pueden ver en los paquetes de artículos que van desde productos de limpieza hasta toallitas húmedas para bebés y productos alimenticios. Los estuches de plástico, como los contenedores de jabón o las cajas de lápices, también utilizan con frecuencia bisagras móviles. Otro uso común, quizás menos evidente para el público en general, es en la fabricación de sistemas microelectromecánicos como los circuitos utilizados en dispositivos electrónicos comunes, incluidos teléfonos, computadoras y televisores.
Una bisagra viva capaz de flexionarse varios miles de veces antes de fallar se conoce como bisagra totalmente elástica. Las bisagras completamente de plástico solo se pueden doblar unas pocas veces. Sin embargo, las bisagras de plástico elástico pueden flexionarse cientos de veces o más.
Diseñar una bisagra viva que dure tanto tiempo como sea necesario requiere un cálculo cuidadoso y un conocimiento sólido de la física. El ángulo al que debe abrirse la bisagra, junto con la elasticidad de las fibras plásticas utilizadas, son factores críticos en la vida de la bisagra. Los ingenieros de diseño deben comprender con precisión cuánta tensión se aplicará a la bisagra para determinar el grosor y el material correctos para la necesidad.