¿Qué es la Computación Autonómica?

La computación autónoma es la próxima generación de tecnología informática integrada que permitirá que las redes se administren por sí mismas con poca o ninguna intervención humana. Lleva el nombre del sistema nervioso autónomo humano, que envía impulsos que controlan la frecuencia cardíaca, la respiración y otras funciones sin pensamiento o esfuerzo consciente.

Paul Horn de IBM Research sugirió por primera vez la idea de la computación autónoma el 15 de octubre de 2001 en la conferencia Agenda en Arizona. La necesidad se centra en el crecimiento exponencial de la complejidad de las redes. No solo existe una amplia gama de dispositivos móviles y de escritorio que se interconectan y alimentan a varios tipos de redes utilizando estrategias, estándares e interfaces que compiten entre sí; pero las empresas, las instituciones e incluso la infraestructura han llegado a depender cada vez más de estas redes. Sin embargo, hay una escasez de profesionales de I / T, y es prácticamente imposible para los técnicos mantenerse al día con la avalancha continua de nuevos dispositivos, protocolos cambiantes, nuevas soluciones comerciales en línea y desafíos móviles de interfaz. IBM y otros gigantes tecnológicos prevén que este problema empeorará.

La solución, según IBM, es crear una base de estándares industriales basados ​​en algunos protocolos comunes para el manejo de datos. Los ‘supuestos de raíz compartida’ permitirían que el hardware y el software de varios fabricantes no solo trabajaran juntos, sino que también admitirían un sistema informático autónomo multinivel basado en esos supuestos. Esto crearía un entorno en el que el sistema podría realizar varias tareas administrativas críticas sin intervención humana.

IBM ve ocho criterios básicos que definen un sistema informático autónomo omnipresente. En resumen, son los siguientes:

El sistema debe ser capaz de hacer un inventario continuo de sí mismo, sus conexiones, dispositivos y recursos, y saber cuáles se van a compartir o proteger.

Debe poder configurarse y reconfigurarse dinámicamente según las necesidades lo dicten.

Debe buscar constantemente formas de optimizar el rendimiento.

Debe realizar la autocuración mediante la redistribución de recursos y la reconfiguración para evitar cualquier elemento disfuncional.

Debe poder monitorear la seguridad y protegerse de ataques.

Debe ser capaz de reconocer y adaptarse a las necesidades de los sistemas coexistentes en su entorno.

Debe trabajar con tecnologías compartidas. Las soluciones patentadas no son compatibles con la ideología de la informática autónoma.

Debe lograr estos objetivos sin problemas y sin intervención.

Si bien esos son los ocho ingredientes propuestos de un sistema informático autónomo, IBM espera que resulten en tres objetivos para el usuario final: flexibilidad, accesibilidad y transparencia. En resumen, la capacidad de extraer datos sin problemas desde el hogar, la oficina o el campo, sin problemas y sin importar el dispositivo, la red o la metodología de conectividad.
Varias universidades y empresas, como Sun Microsystems y Hewlett Packard, están desarrollando sistemas similares, pero IBM afirma que sus planes para la informática autónoma son de mayor alcance. Dado que este plan se basa en una evolución cooperativa de hardware y software, la computación autónoma se implementará en etapas durante un período de varios años.